El martes, frente al edificio del Senado de México, estudiantes universitarios enmascarados y disfrazados de ministros de la Suprema Corte de Justicia tomaron turnos para romper una piñata negra con un palo. La piñata, cubierta con la palabra “justicia”, estaba llena de dinero falso, una representación para ilustrar la supuesta corrupción que azota al poder judicial del país.
“La elección de jueces y magistrados mediante voto popular implica una democratización de uno de los poderes más importantes de nuestro país”, dijo Layla Manilla, de 21 años, una de las estudiantes de política que participó. Manilla es una de los miles de mexicanos que salieron a las calles para manifestar su apoyo —o su oposición— a la polémica propuesta de ley impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador y sus aliados, que el miércoles superó el mayor obstáculo cuando fue aprobada por un estrecho margen en el Senado.
La nueva legislación pasará el nombramiento de los integrantes del poder judicial, que se basaba en formación y cualificaciones, a uno donde los votantes eligen a los jueces y hay menos requisitos para ejercer el cargo.
Unos 7000 jueces perderían su trabajo, desde la presidenta de la Suprema Corte de Justicia hasta los jueces locales, y los mexicanos podrían empezar a votar a partir del año que viene.
La medida aún tiene que ser aprobada por la mayoría de las legislaturas estatales, pero se espera que pase fácilmente, ya que el partido gobernante Morena y sus aliados tienen la mayoría en los congresos estatales. A primera hora de la mañana del jueves, 15 estados ya la habían aprobado y uno la había rechazado.
Sin embargo, en el estado de Yucatán, un grupo de manifestantes irrumpió el miércoles en el congreso local, donde Morena y sus aliados tienen la mayoría. Mientras los manifestantes les pedían que suspendieran la votación, coreando “¡El poder judicial no va a caer!”, y gritando “¡Escúchennos!”, los legisladores decidieron aplazarla. Aprobaron el proyecto unas horas más tarde. Los detractores de las medidas también protestaron en otros estados e intentaron irrumpir en los edificios del Congreso, con el resultado de algunos heridos.
Información de The New York times