
En una maniobra que tomó por sorpresa a aficionados y expertos por igual, los Gigantes de San Franciscoconcretaron la incorporación del estelar tercera base Rafael Devers, procedente de Boston, en un canje de alto calibre que promete alterar el equilibrio competitivo de la liga.
El anuncio llegó apenas horas después de que el conjunto de Boston completara una barrida categórica sobre los Yankees en Fenway Park, un resultado que parecía consolidar el momento positivo del equipo. Sin embargo, la noticia del traspaso le dio un giro radical a la narrativa: una de las caras más emblemáticas de la franquicia, ahora vestirá de naranja y negro.
Tras arrancar la pretemporada con negativas hacia cambios de posición, el elemento más emblemático que han tenido los Red Sox en los últimos años verá su salida luego de hacer toda su carrera en Grandes Ligas ahí, desde el 2017 y de mucho antes, cuando fue firmado con 16 años en el 2013.
Lejos de ser un simple traspaso, esta transacción representa un cambio generacional en Boston. La partida de Devers, último gran referente del título de 2018, abre la puerta a una nueva etapa en la que los jóvenes tomarán protagonismo.
Un cambio de alto perfil
A cambio de Devers, la directiva de Boston recibió a dos brazos con experiencia de Grandes Ligas: el diestro Jordan Hicks, conocido por su poderosa recta, y el zurdo Kyle Harrison, una joven promesa con proyección de abridor sólido. Además, completan el paquete James Tibbs y José Bello, dos prospectos con perfil ofensivo que han comenzado a destacar en las ligas menores.
Información tomada de El Imparcial