Rusia ofrece prorrogar un año el último tratado nuclear con EU

Moscú. El titular del Kremlin, Vladimir Putin, anunció este lunes que “Rusia está dispuesta, después del 5 de febrero de 2026, a seguir cumpliendo durante un año las principales limitaciones cuantitativas que impone el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas Ofensivas” (START III, por sus siglas en inglés), el último acuerdo de desarme nuclear todavía vigente entre Rusia y Estados Unidos y que expira esa fecha.

Rusia lo hace “para evitar una carrera de armamento estratégico, asegurar un nivel de certidumbre y contención y tratar de mantener el statu quo que se tiene gracias al START III (también conocido como Nuevo START) en la actual etapa de turbulencias en el mundo”, argumentó así Putin la decisión al abrir una reunión del Consejo de Seguridad de Rusia, de acuerdo con los fragmentos transmitidos en directo por la televisión de este país.

Y agregó: “Rechazar por completo el legado de ese acuerdo sería, desde muchos puntos de vista, una medida errónea y miope que, en nuestra opinión, también incidiría negativamente en los objetivos del Tratado de No Proliferación de las Armas Nucleares”. 

A la vez llamó la atención de los observadores que Putin no propuso directamente a su homólogo estadunidense, Donald Trump, extender la vigencia del Tratado START III, que firmaron en abril de 2010 los entonces presidentes de Rusia, Dimitri Medvediev, y de Estados Unidos, Barack Obama, sino dio a entender que Moscú va a continuar respetando los entendimientos “durante un año” y dejó abierta la puerta para desligarse de ese compromiso “en el futuro” cuando considere que Washington emprende pasos para alterar el equilibrio de fuerzas estratégicas.

“En el futuro, basándonos en el análisis de la situación, tomaremos una decisión definitiva sobre el mantenimiento de las restricciones voluntarias mencionadas. Creemos que esta medida sólo será viable si Estados Unidos actúa de manera similar y no toma medidas que socaven o alteren el equilibrio actual de fuerzas de disuasión”, señaló Putin sin precisar los plazos que Moscú concede a Washington para actuar de “manera similar” (¿antes del 5 de febrero de 2026, un año después de esa fecha o en cualquier momento a partir de ahora?).

Por lo pronto, Putin encargó a sus servicios de inteligencia “seguir de cerca las actividades pertinentes de la parte estadunidense. En primer término, lo que respecta al arsenal del Tratado START III y a los planes para desarrollar componentes estratégicos del sistema de defensa antimisiles de Estados Unidos, incluyendo los preparativos para desplegar interceptores en el espacio”.

Para Putin, “instrumentar esas acciones desestabilizadoras podría socavar nuestros esfuerzos por mantener el statu quo en el ámbito del Tratado START III. Reaccionaremos del modo adecuado”.

El líder ruso está convencido de que la iniciativa de Rusia podría crear un contexto favorable para reanudar el diálogo estratégico con Estados Unidos, “siempre y cuando se elaboren las condiciones para restablecer (ese diálogo) en su totalidad, incluyendo los esfuerzos para normalizar la relación bilateral y suprimir las controversias esenciales en materia de seguridad”, subrayó.

A la vez, advirtió: “Rusia está en condiciones de responder a cualquier amenaza existente o futura, y no sólo con palabras, también mediante la adopción de medidas militares y técnicas. Que nadie lo ponga en duda”.

El jefe del Ejecutivo ruso puso de ejemplo la decisión de abandonar la moratoria unilateral sobre el despliegue de misiles terrestres de alcance medio y corto. “Se trató de un paso forzado, dictado por la necesidad de responder a los programas para instalar armas de fabricación estadunidense y occidental en Europa y en la región de Asia y del Pacífico, lo cual es una amenaza directa a la seguridad de Rusia”, indicó.

Putin atribuyó a la administración de Joe Biden que se suspendiera la aplicación plena de ese Tratado –por ejemplo ya no se permiten las inspecciones en las respectivas instalaciones de cada país– en 2023 por “su política extremadamente hostil y la constante violación de los principios básicos de ese documento”.

Recordó que, no obstante, ambas partes manifestaron su voluntad de seguir cumpliendo las restricciones cuantitativas pactadas hasta el final de su ciclo de vigencia.

“Así, desde hace ya 15 años, ese tratado desempeña un papel positivo para mantener el equilibrio de fuerzas y ofrece certidumbre en materia de armas estratégicas ofensivas”, destacó Putin.

El START III limita el número de armas nucleares estratégicas, con un máximo de mil 550 ojivas nucleares y 700 sistemas balísticos para Rusia y Estados Unidos en tierra, mar y aire.

En otro orden, el Kremlin calificó este lunes de “infundadas” las acusaciones de Estonia, respaldada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte, de que Rusia violó la semana pasada su espacio aéreo.

“Consideramos que estas acusaciones carecen de sentido, son infundadas y se inscriben en una política completamente desenfrenada que consiste en avivar la tensión y provocar un clima de confrontación”, respondió el vocero de la presidencia rusa, Dimitri Peskov, al ser preguntado por la denuncia que formuló Estonia respecto a que “tres aviones de combate rusos entraron en su espacio aéreo (el viernes) y permanecieron en él durante 12 minutos”.

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