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Las autoridades de Burkina Faso anunciaron la suspensión durante dos semanas de las páginas web de siete medios de comunicación internacionales, apenas unos días después de tomar esta medida con la cadena británica BBC África y la estadunidense Voice Of America (VOA) por hacerse eco un informe de la ONG Human Rights Watch (HRW) que acusaba al Ejército burkinés de «ejecutar sumariamente» a más de 200 civiles, entre ellos 53 menores de edad.

El Consejo Superior de la Comunicación ordenó la suspensión de la cadena de televisión francesa TV5 Monde y el acceso a las páginas web tanto de TV5 Monde, como de la emisora alemana Deutsche Welle (DW), el periódico regional francés Ouest-France, el diario Le Monde, el portal de noticias APA News, el periódico británico The Guardian y la agencia de noticias Ecofin, fundada en Ginebra.

El organismo «ha tomado nota de la difusión» este sábado de «un elemento audiovisual y de un artículo que acusa al Ejército burkinés de abusos contra la población civil en el norte y noreste del país», detectando en los contenidos publicados «declaraciones perentorias y tendenciosas contra» las Fuerzas Armadas «sin ninguna precaución».

En este sentido, Uagadugú indicó que estas publicaciones «socavan los principios básicos del tratamiento de la información y constituye una desinformación que puede desacreditar al Ejército», mientras que «esta forma de tratar información tan sensible como la relativa al Ejército puede perturbar el orden público», según reza un comunicado.

Además, invitó «a todos los medios de comunicación a abstenerse de difundir, a través de diversos medios, este artículo tendencioso y de carácter subversivo», advirtiendo de que «cualquier infractor estará sujeto a las sanciones previstas por los textos vigentes».

HRW acusó este jueves al Ejército del país africano de llevar a cabo varias masacres el pasado 25 de febrero en tres localidades de la provincia de Yatenga, en el norte del país, que se saldaron con la vida de 200 civiles y que achacaron a la «campaña» militar contra aquellos civiles sospechosos de colaborar con grupos yihadistas que operan en la región.

La ONG entrevistó a una veintena de personas, entre las que hay testigos, supervivientes y activistas locales, quienes detallaron que, tras el paso de un grupo de yihadistas por la zona, llegó un convoy militar con más de un centenar de soldados que comenzaron a llamar «puerta por puerta» para pedir a la gente que saliera de sus casas y a mostrar sus identidades.

Tras ello, los militares supuestamente dispararon a la población, que previamente había sido separada entre hombres y mujeres. Los supervivientes aseguran que enterraron a las víctimas en varias fosas comunes, aunque otros cuerpos que fueron recuperados días más tarde recibieron un entierro individual.

Con información de La Jornada

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