El lunes se celebró en Bamako una ceremonia para marcar el final de la MINUSMA, la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí, que se puso en marcha hace diez años.
En su intervención en el acto en la capital maliense, el representante especial del secretario general y jefe de la misión, El Ghassim Wane, dio las gracias a los miles de efectivos de mantenimiento de la paz que sirvieron en la MINUSMA. Entre los éxitos logrados en Malí «a pesar de las dificultades», Wane destacó el acuerdo de paz de 2015 y el cumplimiento del alto el fuego.
También recordó el importante papel de las fuerzas de paz en la protección de los civiles frente a los grupos extremistas armados en todo el norte del país, así como en el restablecimiento de la autoridad del Estado en el centro de Malí.
La MINUSMA ya ha cerrado diez de sus bases en el país y ha retirado a 10.754 de sus 13.871 efectivos de mantenimiento de la paz, el resto de los cuales se marchará a finales de diciembre. Solo un número limitado de personal permanecerá en suelo maliense para encargarse del transporte de los activos restantes y de la eliminación del equipo, que comenzará el 1 de enero de 2024.
La misión se estableció en la primavera de 2013 mediante una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU con el fin de ayudar a las autoridades a reforzar la seguridad en Malí. Sin embargo, en el verano de 2023, el Gobierno maliense declaró que la MINUSMA había fracasado en su misión y debía abandonar el país.
El 30 de junio, el Consejo de Seguridad adoptó por unanimidad, a petición del Gobierno el país africano, una resolución para poner fin a la misión. En ese momento, la MINUSMA contaba con más de 15.000 efectivos, cuya retirada debía concluir el 31 de diciembre de 2023. En los 10 años de existencia de la misión, han perdido la vida 311 miembros de las fuerzas de mantenimiento de la paz.