El presidente Donald Trump se jactó que su nuevo salón de baile de la Casa Blanca es un «honor» después de que los equipos de demolición comenzaron a derribar partes del Ala Este de la Casa Blanca este lunes para hacer espacio para la ampliación.
Trump destacó el progreso del salón de baile de 250 millones de dólares cuando dio la bienvenida a dos equipos de béisbol de la Universidad Estatal de Luisiana (LSU, por sus siglas en inglés) en la Casa Blanca durante la tarde.
“Estamos construyendo un salón de baile. Llevan 150 años queriendo un salón de baile, y le doy ese honor a este maravilloso lugar”, declaró el mandatario estadunidense en el evento.
Esto ocurre después de que Trump se reuniera con el primer ministro australiano, Anthony Albanese, y compartiera un momento tenso con el embajador australiano en Estados Unidos, Kevin Rudd, en la Sala del Gabinete de la Casa Blanca.
Cuando un periodista le preguntó a Trump sobre las críticas anteriores de Rudd, el presidente respondió que «no sabe nada de él». Trump luego le preguntó dónde estaba Rudd ahora, antes de darse cuenta de que estaba sentado a la mesa con él. Rudd, quien anteriormente fue primer ministro, le contestó a Trump que hizo esas declaraciones antes de asumir su cargo actual. «Tú tampoco me gustas, y probablemente nunca me gustarás», le replicó Trump al embajador.