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Madrid. “Asesinos” y “culpables” gritaron decenas de víctimas y familiares de la catástrofe natural de la DANA del pasado 29 de octubre de Valencia, que expresaron así su malestar ante la presencia de los dirigentes políticos tanto del gobierno autonómico, presidido por el derechista Partido Popular (PP), como de la administración central, integrado por la coalición de izquierdas del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Sumar, en el funeral católico celebrado en la catedral de Valencia. La indignación y el repudio también lo expresaron saliéndose del recinto una vez que entraron los líderes políticos.

La ceremonia fúnebre estuvo organizada por el arzobispado de Valencia, con lo que no tiene el carácter de funeral de Estado, de ahí que el gobierno central no confirmó su presencia hasta el mediodía, que consistió en una delegación formada de urgencia en la que estuvieron la vicepresidente primera, María Jesús Montero, el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, y la ministra de Ciencia y Tecnología, Diana Morant, que además es de origen valenciano y fue alcaldesa de la ciudad de Gandía.

El presidente Pedro Sánchez no asistió, a pesar de que a la misa oficial sí asistieron los reyes de España, Felipe VI y Letizia, además de todo el gobierno autonómico valenciano, con su presidente Carlos Mazón a la cabeza, y líderes políticos de otras regiones.

El malestar entre los familiares de los 222 fallecidos fue por varios motivos. El primero porque la mayoría se enteró por los medios de comunicación de que se iba a celebrar la misa y ni siquiera fueron invitados de forma oficial, además de que muchos de ellos consideran que lo más oportuno era esperar a que terminara la búsqueda de las cuatro personas que todavía están desaparecidos. Pero el principal motivo del malestar fue por la presencia de los responsables políticos, a los que señalan como los responsables de la mala gestión de la tragedia y de no haber realizado las obras necesarias para impedir una catástrofe de esta envergadura.

Sonia Fuster, vecina de una de las localidades más afectadas, Picanya, y que perdió a su padre en la noche de las tormentas y las riadas, fue una de las que decidió salirse de la misa cuando detectó la presencia de “los políticos”. Explicó sus motivos: “Me parece increíble que ellos estén aquí. Han hecho su trabajo mal y no pasa nada. ¿Por qué tenemos que seguir aguantándolo? Así que no podía compartir el espacio de la misa con los responsables de la muerte de mi padre”.

Juan José Monrabal, de la localidad de Catarroja y que perdió a su madre, de 85 años, durante la DANA, sí asistió al funeral pero para quedarse en la puerta de la iglesia: “He venido, pero me he quedado fuera a modo de protesta porque pienso que este funeral aún no se tenía que haber celebrado habiendo aún personas desaparecidas. Si yo estuviera buscando a mi madre no me gustaría que hicieran esto. La gestión la he visto mal desde el primer momento, una emergencia no se puede gestionar así y me parece una vergüenza que haya un proyecto de adecuación del barranco del Poyo desde 2004 y que entre unos y otros no se haya ejecutado”.

La Asociación de Damnificados por la DANA Alfafar/Horta Sur se negó a “compartir espacio” con “ningún representante político estatal o autonómico” ya que “nos hemos sentido en situación de olvido absoluto y no queremos que se aprovechen de un acontecimiento tan íntimo y sentido para conseguir limpiar una imagen manchada por el barro, pero sobre todo por la desidia y la impunidad de la clase política”.

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