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Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Francia, Emmanuel Macron, acordaron que la lucha contra el cambio climático sea prioritaria en la relación entre los dos países, al reunirse este martes en la norteña ciudad brasileña de Belém, en el estado amazónico de Pará.

«Los presidentes (…) se comprometieron a trabajar en el ámbito bilateral y multilateral para hacer de la acción contra el cambio climático una prioridad estratégica», dice el documento firmado por ambas partes y difundido por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil.

Los mandatarios se comprometieron a «acelerar los esfuerzos en esta década crucial» para que la temperatura del planeta no aumente más de 1.5 grados respecto a los niveles industriales, pero resaltaron que ese esfuerzo debe reflejar las «responsabilidades diferentes y las respectivas capacidades en función de las circunstancias nacionales».

Macron y Lula celebraron el compromiso de la última Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el Clima (COP28) sobre la salida gradual de los combustibles fósiles y se comprometieron a alcanzar la neutralidad de emisiones (net zero) en 2050.

También pidieron que los países trabajen desde ya en objetivos «ambiciosos» de reducción de emisiones para toda la economía en las contribuciones nacionalmente determinadas (las llamadas NDCs), que deberán presentarse formalmente en la COP que se celebrará en Belém en noviembre de 2025.

Respecto a la deforestación de la Amazonía y otros biomas, el documento propone «un guión franco-brasileño para la bioeconomía y la protección de las selvas tropicales, especialmente con vistas al desarrollo de instrumentos financieros innovadores, de mecanismos de mercado y de pagos por servicios ambientales que apoyen la movilización de recursos, en la escala necesaria, para hacer frente al desafío de acabar con la deforestación en 2030».

Lula y Macron también destacaron la «necesidad urgente» de una transformación y modernización de la arquitectura financiera internacional, incluyendo la reforma de los bancos multilaterales de desarrollo y de las instituciones financieras internacionales.

En su opinión, dichos bancos deben adaptarse para que sean «adecuados a la finalidad de apoyar el desarrollo sostenible, la transformación ecológica y las transiciones justas y equitativas».

Los presidentes mantuvieron una reunión con líderes indígenas brasileños, y Macron condecoró con la Orden de la Legión de Honor al cacique Raoni Metuktire, uno de los activistas más veteranos de la causa indígena en Brasil.

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