Nueva York. Los líderes sindicales han descrito a la nominada del presidente Donald Trump para liderar el Departamento de Trabajo como una amiga del trabajo organizado. Pero, a medida que comenzó su audiencia de confirmación el miércoles, los defensores de los derechos de los trabajadores se preguntan si Lori Chavez-DeRemer podrá mantener esa reputación en una administración que ha despedido a miles de empleados federales.
Chavez-DeRemer, ex legisladora republicana del Congreso de Oregon y ex alcaldesa de una pequeña ciudad en las afueras de la liberal Portland, se presentó el miércoles ante la Comisión de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones del Senado, la primera escala en su proceso de confirmación.
El senador Bill Cassidy, republicano de Luisiana que preside el comité, abrió la audiencia diciendo que la administración Trump tenía la oportunidad de promulgar una agenda proestadunidense. Expresó que había preocupación sobre el apoyo de Chavez-DeRemer en el Congreso al PRO Act, una legislación que permitiría a más trabajadores llevar a cabo campañas de organización sindical y penalizaría a las empresas que violen los derechos laborales.