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La economía mundial no entró en recesión luego del incremento de tasas de interés, pero se proyecta un período prolongado de estancamiento económico, que puede resultar en mayores niveles de pobreza y desigualdad; a esto se suman mayores restricciones presupuestarias que hacen necesarias reformas tributarias con un enfoque progresivo, como incluir rentas de capital y a la propiedad, expuso Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).

“Es fundamental adoptar un enfoque progresivo, lo que significa asegurarse de que quienes pueden pagar más impuestos contribuyan con la parte que les corresponde. Por ejemplo, gravar las rentas de capital y la propiedad ofrece una forma relativamente progresiva de recaudar más ingresos fiscales”, escribió Georgieva, como parte de las participaciones en la reunión de ministros de Finanzas del G20 en Río de Janeiro, donde Brasil presentará su propuesta para gravar a los milmillonarios mundiales.

En su ponencia, la directora gerente del FMI reparó en que “los costos del servicio de la deuda están absorbiendo una proporción mayor de los ingresos fiscales, en un momento en que hay una lista creciente de demandas de gasto, desde inversiones en infraestructura hasta el costo de la adaptación al cambio climático”; esto mientras investigaciones del organismo reportan que, vía reformas tributarias, los países en desarrollo tienen el potencial de incrementar sus ingresos en 9 por ciento del PIB.

De acuerdo con la más reciente actualización de perspectivas del FMI, el crecimiento mundial este y el próximo año será de 3.2 y 3.3 por ciento, respectivamente, por debajo del promedio de 3.8 por ciento que persistió desde el inicio del siglo hasta que golpeó la pandemia de coronavirus. Georgieva enfatizó que la actividad global no cayó en una segunda recesión como parte de la cadena de crisis, pero se está en el umbral de un período prolongado de estancamiento económico.

Son la pandemia, “la pobreza extrema aumentó después de décadas de disminución, el hambre mundial (también) incrementó y la disminución a largo plazo de la desigualdad entre los países se estancó”, comentó la directora gerente. El riesgo con el nuevo ciclo de crecimiento anémico es que se arraiguen.

“Los períodos de estancamiento que duran cuatro años o más tienden a aumentar la desigualdad de ingresos dentro de los países en casi un 20 por ciento, considerablemente más que el aumento debido a una recesión abierta”, advirtió Georgieva. Se debe a que cuando el crecimiento es poco o nulo, la creación de empleo también es lenta y tampoco despegan los salarios.

“Junto con el espacio fiscal limitado, estas fuerzas tienden a ampliar la brecha entre los que están en la parte superior y los que están en la parte inferior de la escala de ingresos”, lo que agudiza la desigualdad, puntualizó la economista.

Georgieva agregó que el FMI está trabajando en un paquete de reformas para su marco de préstamos y, por primera vez en casi una década, se está revisando la política de recargos. “La revisión tiene como objetivo garantizar que podamos seguir brindando financiamiento a tasas asequibles a los miembros que necesitan nuestro apoyo”, comentó.

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