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Nacidos en los años 70, los Playmobil son una pieza clave para muchísimas generaciones. Estos pequeños muñecos de plástico se han disfrazado de todo y han hecho que varias generaciones disfruten de mundos de indios y vaqueros, piratas, castillos o fantasía. Está claro que LEGO les comió la tostada en cierto punto (quizá licencias como ‘Star Wars’ ayudaran a ello o la más reciente con Nintendo), pero sigue habiendo personas muy fieles a los Playmobil que quieren no sólo coleccionar, sino mostrar su pasión (y esas enormes colecciones) a los demás.

Estos días, y hasta el 4 de mayo, se celebra en Puertollano, en la provincia de Ciudad Real, una exposición con miles de piezas, algunas de ellas exclusivas. Si no te pilla lejos, recomendamos pasar a verla, pero si asistir te resulta imposible, no te preocupes: ya lo hemos hecho nosotros para contar qué tal la experiencia.

5.000 Playmobil

Lo primero es que la exposición se está celebrando en el museo Cristina García Rodero y ha sido posible gracias al entusiasmo de la ‘Click Real’, la asociación de coleccionistas de estos muñequitos en Ciudad Real. Han sido cuatro personas las que han cedido parte de sus colecciones para esta exposición, contando en total unas 5.000 figuras.

La ciudad victoriana es obra de Luis Vielsa Soriano, siendo un set muy llamativo porque, quizá, no es el tipo de piezas que primero vienen a la mente cuando hablamos de Playmobil. Forman un conjunto espectacular, como si fuera la calle de una gran ciudad con un circo de fondo, todo con muchísimo detalle.

Y yendo a un contenido más moderno, tenemos el aeropuerto de Fernando Rodriguez Fernández. Impresiona porque son menos piezas que los otros, pero la cantidad de espacio necesario es considerable teniendo en cuenta el tamaño tanto de los aviones como de la terminal.

Ay, el coleccionismo…

«Tengo Playmobil por toda la casa, el maletero lleno y seguro que en el bolso también tengo alguno», nos comenta Cristina. Ella es una gran coleccionista y afirma que no sabe mucho de otros sets, que lo que le gusta es el del oeste. Al final, es como cuando coleccionas cualquier otra cosa, como pueden ser LEGO o videojuegos: sabes del sistema que estás coleccionando y controlas de todo un poco, pero sólo eres especialista de uno.

Y, como en otro tipo de coleccionismo, hay algo que es complicado: hacerse con nuevas piezas. Hay diferentes formas de hacerlo y de entrar a este hobby, pero cuando buscas algo concreto, la cosa cambia. Cristina nos comenta que varias de sus adquisiciones proceden de subastas, pero también de reediciones de kits que permiten comprar piezas para mejorar estados de las que ya tiene o sustituir alguna que se haya perdido o estropeado.

Cuando quieres comprar algo concreto y no es una pieza de las más comunes, ahí es cuando toca sacar la tarjeta a pasear. Los bisontes, que me llamaron la atención, se venden por unos 25 euros cada uno. Y una de las señoras del kit del oeste está por unos 40.

Son precios altos por piezas con un nivel mayor de exclusividad, pero la joya de la corona de su colección (y una de las mejores piezas de esta exposición) es el tren. Es de los primeros y el precio, en el estado que ella lo tiene, supera ampliamente los 1.000 euros.

Eso con caja, ya que sin caja nos comenta que ha subido recientemente, y es que las cajas aportan un valor extra que los coleccionistas aprecian muchísimo. De hecho, en buen estado hay veces que la caja vale más que lo que contiene, y es algo que se ve en otras formas de coleccionismo.

Figuras únicas

Y si en caja vale más, lo mismo pasa cuando está sin abrir. Por raro que parezca si no estás dentro del mundillo del coleccionismo, y aunque estos juguetes sean «para jugar», si está en su caja sellada, el precio se puede disparar. En esta exposición tenemos piezas en ese estado, como una Juana de Arco que, además, es exclusiva.

Hay otras exclusividades, como los Playmobil de las galletas Príncipe, alguna que otra pieza de resina (con un tamaño más grande) o figuras del 50 aniversario. En no mucho tiempo, el valor de esas piezas puede ser incalculable.

Y actividades

Como puede ocurrir con otros juguetes o formas de entretenimiento, hay generaciones que no lo han vivido en su momento de auge y pueden no saber muy bien qué es un Playmobil. LEGO se ha ido adaptando con multitud de películas, nuevos sets de absolutamente todo y muchos videojuegos, pero aunque Playmobil también ha probado suerte en otras disciplinas, es más fácil que no suene tanto como LEGO a las nuevas generaciones. Y tampoco es que la propia compañía haya explotado ese lado ‘coleccionista’.

«Algo así puede hacer que los más jóvenes se interesen por estos muñecos», nos comentan los responsables de la exposición, y lo cierto es que, al menos en mi visita, hubo varios menores buscando las piezas ocultas o huevos de pascua que se escondieron en los diferentes sets.

Pero aunque estaría genial que las nuevas generaciones se interesen por estos hobbies con unos años a sus espaldas, no puedo negar que lo que más escuché durante mi visita fue a personas ya mayorcitas recordando que tenían cierto caballo, que jugaron con el barco o que el tren era el que siempre quisieron, pero nunca tuvieron.

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