Siempre que encontramos unos restos, lo más importante es saber quién es. Podemos hacer muchísimos y muy detallados análisis sobre los hallazgos en ese cuerpo, sobre todo en el trauma esquelético, pero si no sabemos quién es, esa información no nos sirve para nada.
La edad del cadáver forma parte de lo que llamamos el perfil biológico; es técnicamente una estimación del sexo, el ancestro, la edad y la estatura. Esta descripción general del individuo sirve a las autoridades policiales con las que estés trabajando para buscar, en el listado de personas desaparecidas, alguien que coincida con esos rasgos generales del cadáver. Lo que les dices es: estos restos corresponden a un hombre o una mujer, en este rango de edad, que medía en este rango de estatura aproximadamente y que es muy probable que fuera afroamericano, asiático, caucásico, etc. Con estos datos ellos pueden buscar candidatos para esta identidad en la lista de personas desaparecidas. Generalmente, tras esa búsqueda nos dan una lista con las personas que coinciden con la descripción y nosotros hacemos una comparación entre los datos ante mortem y postmortem y así sabemos si se trata de alguna de ellas.
Lo que yo les digo siempre a mis alumnos es que, de los cuatro datos que conforman el perfil biológico de un cadáver, muchas veces no es posible estimar el ancestro por métodos esqueléticos y la estatura no es un dato que aporte mucha información, por eso el sexo y la edad son lo más importante. Son la base del perfil biológico.
Para responder a tu pregunta te diré que cuando te llegan unos restos, lo primero que haces es una mirada sobre ellos como de vista de pájaro. Una vez que están procesados (limpios) los ponemos en posición anatómica y los miramos para saber qué tipo de caso tenemos ante nosotros. Esta primera vista ya nos dice si se trata de un individuo juvenil o adulto (por el tamaño y la fusión de los huesos), si era un adulto joven o un adulto de avanzada edad (por los cambios degenerativos en los huesos), si era hombre o mujer (por la morfología de la pelvis y el cráneo). Tras esto aplicamos distintos métodos para afinar las estimaciones.
Cuando nacemos tenemos unos 806 u 807 centros de osificación, es decir, fragmentos de hueso. Estos fragmentos de hueso se van fusionando y acabamos con 206 o 207 huesos en la edad adulta. Hay algunas estructuras que fusionan antes que otras, así que los que fusionan más tarde son los que nos ayudan a afinar la edad. Por ejemplo, si todo está acabando de fusionar nos sirve para saber si el individuo está entre los 18 y los 25 años aproximadamente. Y después de esto, en los adultos, se va a ir dando una degeneración progresiva del esqueleto.
Si se trata de un individuo juvenil, nos basamos en el crecimiento y el desarrollo, que es lo más preciso para hacer una estimación de la edad. Cuando se trata de restos de un adulto no tenemos más opción que mirar los signos de degeneración del esqueleto. Y en ambos casos utilizamos los huesos y los dientes. En los individuos juveniles lo más exacto es el desarrollo de los dientes porque hasta alrededor de los diez años puedes obviar todos los factores ambientales, ya que casi no influyen.
Cuando se trata de restos de un individuo adulto, la cosa se complica porque hay muchos factores ambientales que influyen enormemente en la forma en la que se envejece: dieta, abuso de sustancias tóxicas, ejercicio, etc. Esto significa que cuando estimamos la edad de un juvenil a lo mejor tenemos un rango de tres o cuatro años en la horquilla para la estimación, en cambio, para un adulto son décadas.
Algo importante a destacar en la respuesta a tu pregunta es que las estimaciones de edad nunca son un número exacto, si te dan una edad de un cadáver en un número exacto, no te lo creas. Una estimación de la edad se da como la edad que has calculado más/menos el posible error que haya en el método que has utilizado.
Hoy en día diferenciar a una persona de 70 u 80 años de una de 100 es un problema. No tenemos muchos medios para distinguir a los adultos más mayores, no hay métodos que te permitan distinguir si alguien es de 60 o de 100 años. Y creo que se necesita más investigación en este sentido.
Con información de El País