En el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, el narcotráfico se ha expandido como en ningún otro momento de la historia de México, de acuerdo con un reportaje del periódico Financial Times elaborado por Michael Stott y Christine Murray.
El artículo cita a especialistas, analistas, dependencias estadounidenses y datos del gobierno mexicano para explicar el desarrollo del narcotráfico en México en las últimas décadas.
Los reporteros del FT, con base en información de la Administración de Control de Drogas (DEA) estadounidense, apuntan a que organizaciones criminales como el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) han expandido sus actividades, además del narcotráfico, al tráfico de armas, el lavado de dinero, el tráfico de migrantes, la explotación sexual, el soborno, la extorsión, entre otras.
Además, el Ejército de Estados Unidos estima de alrededor de un tercio del territorio mexicano está controlado por el crimen organizado, el mayor porcentaje en la historia del país.
En la última década, señala el reportaje del Financial Times, los grupos delincuenciales dominantes se han fragmentado y enfrentado para controlar el territorio. Los dos grupos más grandes son el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), los cuales se han enfrentado a organizaciones más pequeñas como los Viagras, los Ardillos y los Escorpiones, entre otros grupos.
De acuerdo con el consultor Eduardo Guerrero, la política del presidente Andrés Manuel López Obrador llamada ‘Abrazos, no balazos‘ ha tenido un efecto no deseado de expansión de la “presencia geográfica del crimen organizado a nuevas áreas, precisamente porque el Ejército no ha enfrentado a los delincuentes”.
Además Falko Ernst, analista senior para México de Crisis Group, señala que el gobierno mexicano “ha estado intentando sobre todo controlar la narrativa” en torno a la situación de violencia en el país.
Manifestó además que las estrategias del presidente López Obrador, que se presentaron como una alternativa a lo visto en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, han permitido que los delincuentes consigan “un
punto de apoyo mucho más fuerte, mucho más directo y mucho más agresivo dentro de las instituciones”.
Con información de Financial Times y López Dóriga