No habrá paz en Ucrania hasta que Rusia alcance sus objetivos, los cuales no han cambiado desde que comenzó la llamada “operación militar especial” y que son “desnazificar” y “desmilitarizar” al vecino país eslavo, así como obtener garantías de su “estatus neutral”, afirmó este jueves el presidente Vladimir Putin al responder a preguntas de sus conciudadanos y de periodistas, la inmensa mayoría de medios públicos de este país, tanto federales como de provincia.
“Ucrania no produce hoy casi nada. Intentan salvar algo, pero no producen casi nada. Reciben todo gratis. Pero estos regalos se pueden terminar algún día. Y aparentemente esto ya se está acabando”, celebró Putin y sentenció: “La victoria será nuestra”.
Para el titular del Kremlin, por ahora no hay ninguna necesidad de hacer una segunda ola de movilización de reservistas, por cuanto la primera, que comenzó en septiembre de 2022, incrementó las tropas rusas que están en Ucrania en 300 mil efectivos, entre voluntarios y soldados por contrato.
“Cada día mil 500 personas se alistan mediante contrato. ¿Para qué decretar otra movilización? No hay necesidad. El ejército espera cerrar el presente año con medio millón de nuevos soldados por contrato, incorporados a lo largo de 2023”, aclaró Putin una de las principales preocupaciones de esta sociedad.
Reveló que las tropas rusas en Ucrania, en este momento, cuentan con 617 mil militares, que han logrado mejorar sus posiciones “en casi toda la línea del frente”, que ahora rebasa “más de 2 mil kilómetros”.
Aseveró que “lo que sucede (en Ucrania) es una enorme tragedia, similar a una guerra civil”, la cual se originó por “el afán incontrolable de avanzar sigilosamente hacia nuestras fronteras, arrastrando a Ucrania hacia la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte)”.
Preguntado por los bombardeos de Israel en la franja de Gaza, Putin dijo que no hay comparación entre lo que ahí sucede, que calificó de “auténtica catástrofe”, y la operación en Ucrania. “Nada parecido ocurre en Ucrania” y citó la objetiva evaluación del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien señaló que la Franja de Gaza se convirtió en el mayor cementerio de niños del mundo.
El presidente ruso responsabilizó a Estados Unidos y la Unión Europea del deterioro de las relaciones con Rusia y aseguró que “nosotros estamos preparados para restablecer la normalidad, pero las condiciones no están dadas”. Lo estarán, en su opinión, “cuando ellos (EU y la UE) comiencen a respetar a otras personas, a otros países, cuando busquen fórmulas de compromiso en vez de tratar de resolver sus problemas mediante sanciones o acciones bélicas”.
Putin no descartó la posibilidad de llegar a un acuerdo con Washington acerca del intercambio de los estadunidenses Evan Gershkovich, corresponsal del Wall Street Journal, y Paul Whelan, ex marine, acusados de “espionaje” y encarcelados en Rusia en 2023 y 2018, respectivamente.
«Estamos listos para devolver a esos ciudadanos estadunidenses detenidos (en Rusia) a su país. Pero las condiciones deben ser mutuamente aceptables. Mantenemos contactos al respecto, hay diálogo. La parte estadunidense sólo tiene que considerar nuestro planteamiento y sellaremos una solución”.
El mandatario ruso reconoció como “derecho soberano” de Argentina la decisión del presidente Javier Milei de “dolarizar la economía, cuando la inflación llega a 143 por ciento, pero eso –advirtió– amenaza con serias consecuencias socioeconómicas y, desde luego, es una pérdida importante de soberanía”.
Subrayó que Rusia, por el contrario, se benefició del aumento del volumen de transacciones en rublos en los pagos internacionales. “Cuando las potencias occidentales nos impusieron sanciones, se pagaron un tiro en el pie”, resumió.
Para Putin, la economía rusa es sólida. “Este año esperamos un crecimiento del Producto Interno Bruto del 3.5 por ciento, un buen indicador, nos estamos recuperando del retroceso de 2022”. A la vez, nada dijo sobre que el Estado gasta un tercio de su presupuesto en producción de armamento y en sueldos de los militares.
“Al final resultó una sorpresa para nuestros supuestos socios (Estados Unidos y sus aliados) y, sinceramente, para muchos de nosotros, que durante las décadas anteriores Rusia hubiera acumulado este margen de fortaleza y estabilidad”, destacó.
En relación con las limitaciones a deportistas rusos de cara a los Juegos Olímpicos de París en 2024, Putin expresó: “El movimiento olímpico se creó para unir a la gente y no para separarla. Todo lo que los funcionarios internacionales aplican contra el deporte ruso contradice y subvierte la idea de (el fundador de los Juegos Olímpicos modernos) Pierre de Coubertin”, quien consideraba el deporte una vía para lograr la paz.
Durante más de cuatro horas –en un formato que mezcló preguntas en la sala con grabadas desde diferentes puntos de la vasta geografía rusa o leídas por los moderadores del programa de televisión transmitido en cadena nacional, junto con peticiones personales (por ejemplo, bajar el precio de los huevos; llevar el gas a una aldea o reparar un gimnasio en una escuela) y cuestiones intrascendentes (cuándo jugó ajedrez por última vez o qué recomienda hacer en el periodo vacacional de fin de año, por citar dos)– Putin no tuvo que responder ningún interrogante incómodo.