Los países que participan en la cumbre climática de Naciones Unidas aumentaron la presión sobre sí mismos el viernes al iniciar el último día programado de conversaciones sin lograr avances visibles para alcanzar sus principales objetivos.
Desde el inicio, la COP29 ha girado en torno a la financiación climática, es decir, dinero que las naciones ricas están obligadas a pagar a los países en vías de desarrollo para cubrir los daños resultantes de fenómenos meteorológicos extremos y para ayudar a esas naciones a adaptarse a un planeta en calentamiento. Los expertos estiman la cifra en 1 billón de dólares o más, pero los borradores de texto que surgieron el jueves después de casi dos semanas de conversaciones enfurecieron al mundo en vías de desarrollo al dejar esencialmente en blanco el compromiso financiero.
Las conversaciones a menudo se prolongan debido a que se presiona a las naciones más ricas para que paguen por los impactos causados principalmente por sus emisiones de siglos de quema de combustibles fósiles. El final tardío también añade presión sobre Azerbaiyán, la nación rica en petróleo que preside la COP de este año, o Conferencia de las Partes.
En un comunicado emitido el jueves por la noche, la presidencia adoptó un tono optimista, señalando que el documento de un paquete financiero “está empezando a tomar forma” y prometió nuevos borradores de texto para el viernes.
“La COP29 insta a todas las partes a participar de manera urgente y constructiva para alcanzar el resultado ambicioso que todos necesitamos”, dijo el comunicado.
Más temprano en el día, el presidente de la COP29, Mukhtar Babayev, convocó un Qurultay —una reunión tradicional azerbaiyana— donde los negociadores hablaron para escuchar todas las partes. Prometió encontrar “un camino a seguir respecto a futuras iteraciones”.
Los expertos independientes dicen que se necesita al menos 1 billón de dólares en fondos para ayudar a la transición de los combustibles fósiles que calientan el planeta hacia energías limpias como la solar y la eólica, adaptarse mejor a los efectos del cambio climático y pagar por las pérdidas y daños causados por el clima extremo.
Juan Carlos Monterrey Gómez de Panamá dijo que “la falta de transparencia en el compromiso se siente como una bofetada en la cara para los más vulnerables”.
“Es simplemente un total desprecio hacia aquellos países que están soportando la peor parte de esta crisis”, señaló. “Los países desarrollados deben dejar de jugar con nuestra vida y poner sobre la mesa una propuesta financiera seria y cuantificada”.
Esa Ainuu, de la pequeña isla del Pacífico de Niue, también criticó la falta de un número en el acuerdo preliminar.
Información de Associated Press