Washington y Nueva York. El presidente Donald Trump se reunió con sus asesores en la sala de situaciones de la Casa Blanca esta semana para evaluar si bombardear una zona metropolitana de 17 millones de personas en Irán, pero encontró tiempo la noche del martes para avisarle al mundo que entre decisiones de vida y muerte él personalmente se estaba encargando de otro asunto muy importante para todos.
“Es mi gran honor anunciar que estaré instalando dos bellas astas de banderas de cada lado de la Casa Blanca, norte y sur”, escribió el mandatario en su red social. “Es un regalo mío de algo que siempre ha estado faltando en este lugar magnífico”.
En el mundo de Trump, siempre hay sorpresas y cambios de agenda inesperados (aun por su propio equipo). La mañana de este miércoles, Trump apareció en el jardín de la Casa Blanca para tomarse fotos con los trabajadores de construcción mientras grúas enormes empezaron la instalación de las astas. “Siempre he dicho, por qué no tiene una asta. Esta es tal vez la [asta] w grande que jamás verán, es usada… son las mejores astas de todo el país, del mundo realmente”. Explicó que los trabajadores “levantarían” las astas eso de las 11am -y comentó a los medios a su alrededor de que podría haber usado otra palabra que empieza con “e” pero decidió que mejor no para evitar bromas. “Es un proyecto muy excitante para mí”, concluyó.
“Es muy patriótico. Estamos haciendo las cosas bien como país”, comentó el mandatario ante periodistas poco antes de que descarrilarse y atacar al presidente del banco central -la Reserva Federal- declarando que “no es una persona inteligente”.
Los periodistas en el evento de las astas -a quienes Trump de nuevo calificó como fake news – tenía otras preguntas. “¿Podría usted solo responder a una pregunta sobre si se está acercando, o Estados Unidos se está acercando, a atacar las instalaciones nucleares de Irán”, preguntó uno?
“No piensas seriamente que voy a responder a esa pregunta?”, dijo. “Podría hacerlo, podría no hacerlo. Nadie sabe qué es lo que voy a hacer”.
Agregó que “Irán tiene muchas dificultades. Y quieren negociar. Yo dije por qué no negociaron conmigo antes. Toda esta muerte y destrucción…. Podrían haber salido muy bien. Tendrían un país, es muy triste observar esto”. El reportero le preguntó si pensaba que ya era demasiado tarde para evitar todo eso. “Nada es demasiado tarde”, respondió el presidente.
Poco después aseguró que “un acuerdo aún puede lograrse” y afirmó -contra toda la evidencia, al contrario- que “Irán estaba a unas pocas semanas de tener un arma nuclear”.
Otro reportero le pidió que explicara su mensaje por redes sociales de ayer donde sencillamente emitió dos palabras: “rendición incondicional”. El mandatario respondió que “tú sabes lo que significa, significa que ya estoy harto. Me doy. No más”, dijo Trump levantando ambos brazos. Afirmó que si no se acepta la rendición, Estados Unidos destruiría las instalaciones nucleares de Irán.
Mientras se tomaba fotos con los trabajadores instalando las astas, los reporteros estaban interesados en algo más serio, señalando que entre sus filas de apoyo hay preocupación de entrar en una guerra de largo plazo. Aclaró que no se desea una guerra de largo plazo, y que “solo quiero una cosa -Irán no puede tener un arma nuclear”, y advirtió que si eso sucediera la “usarían contra nosotros, la usarían contra otros y serían un terror por todo el mundo”.
Molesto por decir de que partes de sus bases no apoyan una guerra, afirmó “mis simpatizantes están más enamorados de mí, y yo de ellos, que el día en que me eligieron, por una mayoría abrumadora”. No fue una mayoría abrumadora y según encuestas recientes, una mayoría de los que votaron por Trump se oponen a una guerra contra Irán.
Se ha especulado mucho en este país sobre por qué el primer ministro Benjamin Netanyahu lanzó una guerra contra Irán sólo días antes de que negociadores de Trump estaban preparando un acuerdo de paz, incluyendo evitar que Irán construyera un arma nuclear. Fue en este contexto que un periodista la preguntó a Trump qué le había dicho a su contraparte israelí. “Sigue adelante”, respondió el presidente con su gorro de Make America Great Again, versión blanca. “Hablo con él todos los días. Está haciendo mucho…. Hasta ahora está haciendo muy buena labor”. Nadie entre los periodistas preguntó por Gaza.
Los intercambios con la prensa frecuentemente abordan múltiples temas, y este miércoles no fue excepción. Retomó su insistencia de que Rusia jamás hubiera invadido a Ucrania si él hubiera estado en la Casa Blanca. “Putin nunca lo hubiera hecho. De hecho hablé con él ayer. Realmente ofreció mediar. Lo dije, hazme un favor, media lo de Rusia primero”, en aparente referencia a su guerra con Ucrania.
Y por supuesto no faltaron referencias a la deportación masiva de “criminales”, la salud mental de Joe Biden cuando era presidente, y la militarizaron e Los Ángeles. Pero con una sonrisa, regreso una y otra vez a sus astas, explicando todo desde la arena alrededor de sus bases y el sistema para mantenerlas verticales.
Preguntado sobre la diferencia entre su primer turno como presidente y éste, Trump le respondió a los periodistas que “en mi primer periodo ustedes me perseguían. Era el cazado. Y ahora yo soy el cazador”.
