A dos días de que Donald Trump ponga en marcha los aranceles a las importaciones de vehículos, el Consejo Americano de Política Automotriz (AAPC), representante de los fabricantes de automóviles estadounidenses Ford Motor Company, General Motors Company y Stellantis, advirtió que económicamente será imposible para los fabricantes absorber los costos y se requiere de los socios, Canadá y México, para ser competitivos.
“La industria estadounidense puede prosperar con nuestros socios canadienses y mexicanos”, aseveró el gobernador Matt Blunt, presidente del Consejo Americano de Política Automotriz.
Sostuvo que un arancel del 25% a las importaciones de automóviles elevaría los precios de los vehículos en Estados Unidos, perturbaría los ciclos de inversión a largo plazo y generaría incertidumbre al debilitar la confianza del consumidor y la estabilidad de la cadena de suministro.
Las automotrices a través del Consejo argumentaron que los fabricantes de automóviles estadounidenses enfrentan riesgos competitivos significativos, ya que el arancel reduciría sus márgenes de ganancia y disminuiría su capacidad de competir globalmente, lo que podría llevar a pérdidas de empleos y a una innovación más lenta.
El organismo coincidió en lo expuesto en el estudio “El impacto del arancel del 25% en la industria automotriz estadounidense”, realizado por Arthur B. Laffer, consultor y exasesor presidencial de Donald Trump, que indica que más allá de los impactos en los costos y aumentos sustanciales en los precios de los vehículos; “las posibles consecuencias a largo plazo van mucho más allá de las preocupaciones inmediatas sobre los costos”.
Refiere que al interrumpir los ciclos de inversión de capital en un punto crítico de la industria, estos aranceles podrían obstaculizar la capacidad de los fabricantes de automóviles para invertir en la competitividad futura del sector automotriz estadounidense.
“La incertidumbre política generada por los cambios en las estrategias arancelarias también puede obstaculizar la planificación estratégica, dificultando a las empresas la toma de decisiones a largo plazo en producción, investigación e innovación. Además, los aranceles podrían debilitar aún más la confianza de los consumidores y alterar los patrones de compra, a la vez que tensionan las relaciones establecidas dentro de la cadena de suministro norteamericana”, alertó la industria automotriz en Estados Unidos.
Destacó que el T-MEC desempeña un papel crucial en la integridad de las cadenas de suministro norteamericanas, proporcionando un acceso libre de aranceles a dos de los mercados de vehículos más grandes del mundo. “El acuerdo brinda certidumbre y previsibilidad, valores esenciales para que los fabricantes de automóviles estadounidenses se mantengan competitivos a nivel mundial”, agregó.
La industria automotriz estadounidense, el sector manufacturero más grande del país, aporta 730,000 millones de dólares al PIB y desempeña un papel vital en la creación de empleo y las exportaciones.