El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, descartó que trabajadores del Poder Judicial vayan a ser afectados por la reforma que se está impulsando en el Congreso, incluso aseveró que se van a beneficiar de la misma.
En la conferencia matutina en Palacio Nacional, López Obrador prometió que no serán afectados los derechos laborales de dichos trabajadores.
“Primero aclarar que la reforma que se propone, no incluye a los trabajadores del Poder Judicial, ellos no tienen nada qué temer, al contrario, a ellos se les garantizan sus derechos y estoy seguro de que se van a beneficiar con la reforma, porque ya no va a haber influyentismo, nepotismo, imposiciones, corrupción”, aseveró.
“Que no los estén engañando, la reforma tiene que ver básicamente con la elección por parte del pueblo de los jueces, de los magistrados y ministros”, señaló.
En la previa, la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña, envió un mensaje a trabajadores del Poder Judicial en el que reconoce que existe “incertidumbre” por la reforma del presidente López Obrador, por lo que les pidió actuar con “unidad e integridad” y les informó que trabajan en la defensa de sus derechos.
El mandatario mexicano criticó el mensaje de la ministra Norma Piña, donde apuntó que por ética se están valiendo “políticamente de todo” para evitar la reforma judicial.
“Eso está a salvo (derechos laborales de los trabajadores), yo entiendo que políticamente estén valiéndose de todo y no deberían de hacerlo por ética, pero es mejor aclararle a los trabajadores del Poder Judicial que ellos no van a ser perjudicados” externó.
La inicitiva, presentada por López Obrador en febrero, plantea la elección por voto popular de los miembros de la Suprema Corte, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPFJ), de un nuevo Tribunal de Disciplina Judicial y, en general, de todos los jueces de distrito y magistrados de circuito de todo el país.
El martes, los magistrados y trabajadores se manifestaron en los tribunales en Ciudad de México, donde rechazaron la elección de jueces, magistrados y ministros mediante voto popular, parte vital de la polémica reforma.