Hoy es 06 de Octubre de 2024, Chihuahua, MX.

Ciudad de México. El sueño de todo entrenador es que su equipo manifieste en el campo una forma de jugar. El resultado puede ser injusto, pero llegar a ese punto en el que todos los jugadores interpretan situaciones de partido y compiten con un nivel notable no parece sencillo. El argentino Martín Anselmi lo ha conseguido con este Cruz Azul. Lo saben tan bien sus aficionados en el estadio Ciudad de los Deportes que se permiten llenas las gradas como pocos. La victoria de hoy 3-0 ante el Necaxa, en la fecha 11 de la Liga Mx, hizo valer la confianza que inspira un plantel que sabe a lo que juega.

No pasaron ni 10 minutos cuando Alexis Gutiérrez, asistido por un pase de Luis Romo sobre la media luna, marcó el 1-0 en el arco necaxista (8). Fue como ver a La Máquina en una mesa de billar a dos bandas. Romo golpeó primero, la pelota pasó por en medio de los defensores y el volante guanajuatense, mano a mano contra el portero Ezequiel Unsain, definió cruzado por abajo. La ventaja no pulsó el interruptor de los locales, sino más bien amplió sus circuitos.

Con ese pulso competitivo, Carlos Rotondi convirtió más tarde el segundo por la misma banda, pero esta vez con Gutiérrez como asistidor. El argentino dejó atrás la marca de Emilio Lara y Alán Montes, y conectó un potente zurdazo al poste más lejano de Usain tras una recuperación del rosarino Lorenzo Faravelli (20). Como a La Máquina no le sienta bien un resultado corto, Anselmi cambió una y mil veces el acomodo de sus elementos: 5-4-1, 5-3-2, 4-5-1. Con ello, Cruz Azul se convirtió entonces en un organismo vivo, un plantel camaleónico que acabó en el segundo tiempo con unos Rayos desdibujados.

Faravelli redondeó la noche con el 3-0 al recibir un pase de Carlos Rodríguez que lo dejó solo frente al arco (63). Su único lujo fue levantar el empeine y cruzar la pelota ante la salida de Unsain. A partir de entonces, sólo hubo una canción estridente en el estadio, el “¡Azuuul, Azuuul!” que ya se ha hecho costumbre. Los celestes llegaron a 28 puntos y cerraron otra semana como líderes del torneo, con una forma de jugar que no admite comparaciones. El Necaxa, alicaído, se quedó con 13 unidades.

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