Hoy es 23 de Noviembre de 2024, Chihuahua, MX.

Según proyecciones del Atlas de Riesgos Hídricos, de la organización World Resources Institute, 14 de 32 entidades del país tendrán, para 2030, un agotamiento de agua extremadamente alto (por arriba del 80%).

El agotamiento del agua medido por la organización, aunque es similar al estrés hídrico, se calcula utilizando la extracción consuntiva —que se refiere a cuando el agua una vez usada no se devuelve al medio de donde se obtuvo o no se devuelve de la misma manera en que se extrajo.

Los estados con agotamiento extremadamente alto serían Ciudad de México, Aguascalientes, Coahuila, Colima, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Hidalgo, Morelos, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora y Zacatecas.

Seis estados (Jalisco, Estado de México, Michoacán, Puebla, Tamaulipas y Tlaxcala) cuentan una proyección de agotamiento hídrico alta que oscilaría entre el 40 y 80 por ciento. Mientras que Nuevo León podría llegar a un nivel medio alto, entre el 20 y 40 por ciento.

Por su parte, la organización indicó, en su pronóstico más positivo, que Campeche, Quintana Roo, Veracruz y Yucatán, alcanzarían un porcentaje entre 10 y 20% de agotamiento, para situarse en un nivel medio bajo. Chiapas, Guerrero, Nayarit, Oaxaca y Tabasco tendrían un porcentaje a bajo del 10 por ciento.

Baja California y Baja California Sur, según las proyecciones para el 2030, fueron denominadas como zonas áridas y con un bajo uso de agua.

Según la mencionada plataforma, esta medición resulta de una relación entre el consumo total de agua y los suministros de renovables disponibles.

“Los valores (porcentajes) más altos indican un mayor impacto en el suministro de agua local y una menor disponibilidad de agua para los usuarios”, indicó la organización en su plataforma.

Estrategias para combatir la escasez

Pablo Lazo, director de Desarrollo Urbano y Accesibilidad para World Resources Institute México, destacó la urgencia de implementar un cambio en las políticas públicas y promover una conciencia social sobre el valor del agua, pues advirtió que de no hacerlo habrá consecuencias graves en el suministro de agua a corto y largo plazo.

“Actualmente nada más se habla de la explotación y suministro, pero no se menciona absolutamente nada de la necesidad de tener políticas de recarga.

“Y por el otro lado, también a nivel de política pública y de marco regulatorio, es poder dotar a los organismos operadores de mecanismos de financiamiento para que realmente puedan actualizar e invertir en sus infraestructuras que puedan llevar a incrementar el reúso de agua, ya sea captación de agua de lluvia o tratamiento de aguas grises y negras y reúso aumentado en las áreas urbanas”, explicó el experto.

Industria

Por otro lado, en cuanto a las industrias, el especialista indicó que, si bien el consumo de agua industrial es significativo, no representa la mayor parte del consumo total en comparación con otros sectores.

“Tienes otros sectores, (como) el agrícola. Alrededor del 70%, de toda el agua que se consume en México, va para uso de agrícola. Entonces, mientras no haya una optimización del campo, en cuestión del riego, el desperdicio de agua en la agricultura es brutal y eso no se está cuantificando y no se está mejorando, o por lo menos no hay planes y políticas a mediano y largo plazo que para allá apunten”, comentó.

Además, Pablo Lazo advirtió sobre la necesidad de actuar con prontitud ante la disminución de los niveles de agua en los sistemas superficiales y subterráneos.

“Yo sería de la opinión, con cautela, de hablar de una fecha específica (para que no haya un punto de retorno).

“Pero lo que sí veo es un riesgo latente de que el agua que estamos extrayendo para mitigar este año de graves sequías y problemas en el Sistema Cutzamala, nos afecte en los próximos años con el nivel de agua que vamos a tener en nuestros acuíferos”, indicó.

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