¿Qué tecnología puede usarse en el campo? La agrotecnología abarca desde vehículos, tractores, robots, drones, satélites, Inteligencia Artificial, softwares y dispositivos móviles que le permiten al agricultor aumentar sus ventajas.
En primera instancia, los vehículos tractores marcaron la diferencia al permitir una mayor competitividad, lo que a su vez, mejoró el extensionismo agrícola, mejorando la producción, por ejemplo: la cosecha del maíz en nuestro país durante los años 70. Alrededor del 70% de las unidades de producción agrícola ya emplean el tractor en sus labores, pero ¿qué se ha mejorado desde entonces?
La llamada agricultura de precisión permite analizar y controlar la variación de los cultivos por medio de tecnologías satelitales y sensores de humedad y temperatura. Este sistema también hace uso de la recolección y análisis de datos para la implementación de recomendaciones.
La agricultura inteligente que incorpora drones, sensores, robots y herramientas digitales hacia una conectividad digital. Por ejemplo: el uso de drones permite incrementar la calidad de las siembras en temporadas húmedas donde el tractor no puede entrar. Estas herramientas optimizan todas las etapas del proceso de producción, mejoran la supervisión de la misma y protegen a los trabajadores.
La agricultura digital maximiza el uso de datos para la toma de decisiones como saber qué tipo de granos cultivar, cómo rotar cultivos, qué clima se prevé, cuánta agua utilizar a precisión o qué nutrientes son necesarios. Si bien, nadie sabe con exactitud cuándo se trata del clima o de las plagas, esta tecnología puede disminuir la influencia negativa de estos elementos.
Es muy importante reconocer y promover el uso de la tecnología en el campo para dinamizar este sector, pero ¿hasta qué punto es sostenible acelerar los ritmos de cosecha con tecnología? ¿Es esto bueno? Aumentar la producción conlleva beneficios económicos para los agricultores, la industria y la sociedad; Asimismo, las tecnologías contribuyen a mejorar la sustentabilidad ambiental, reduciendo el uso de agua y de químicos vertidos a zonas cercanas, con lo que su uso disminuye el impacto de la agricultura en el medio ambiente.
Se vuelve aún más importante si incorporamos la necesidad de asegurar la autosuficiencia alimentaria de nuestro país, lo que implica incrementar la producción nacional y sustituir las importaciones. Si consideramos que en nuestro país sólo el 4% del PIB está relacionado a actividades en el sector agrícola y que gran parte de la población habita en zonas rurales.
La adopción de tecnología se vuelve una gran oportunidad para la política pública y privada. Habrá que hacerlo con precisión, pues el uso de las tecnologías crea barreras a la entrada para productores pequeños y la mano de obra puede verse desfavorecida.
La producción agrícola nacional tiene que volverse más eficiente y sostenible, la agrotecnología es una respuesta ante ese desafío, esto requiere de mayores inversiones públicas y privadas, colaboración institucional, apoyo a la investigación y cooperación entre expertos y productores.