Lyle y Erik Menéndez, en prisión por asesinar a sus padres en 1989, obtuvieron una victoria legal este martes cuando la justicia estadunidense modificó su sentencia, lo que abre la posibilidad de pedir libertad condicional.
Un juez en Los Angeles redujo la condena de los hermanos de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional a una de 50 años o más. Han estado más de tres décadas tras las rejas.
«Creo que han hecho lo suficiente en estos 35 años como para que algún día tengan la oportunidad» de salir en libertad, afirmó el magistrado durante la audiencia celebrada en Los Ángeles (California).
¿Qué dijeron los hermanos después de la audiencia?
El mayor de los hermanos, Lyle, mostró al finalizar la audiencia una «profunda vergüenza» por la persona que fue 35 años atrás.
«Cometí un acto atroz contra dos personas que tenían derecho a vivir: mi madre y mi padre», dijo.
Erik, por su parte, asumió toda la responsabilidad por el crimen: «Disparé las cinco balas contra mis padres y luego volví para recargar. Le mentí a la policía. Le mentí a mi familia. Lo siento de verdad».
La audiencia es el desenlace de años de esfuerzos de la familia de Erik y Lyle Menéndez para lograr su liberación.
Anamaria Beralt, prima de los hermanos y una de las principales defensoras de su causa, aseguró al finalizar la audiencia que las palabras de los hermanos fueron «muy conmovedoras», por lo que se mostró contenta de que todo el mundo las haya «podido escuchar».
Acusaciones de abuso sexual
El caso recobró notoriedad pública gracias a la exitosa serie de Netflix Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez, a la que se sumaron un documental y el revuelo generado por una nueva generación que observa con otros ojos a quienes antes fueron considerados asesinos despiadados.
Tras dos juicios, los hermanos fueron hallados culpables del asesinato de sus padres, Kitty y José Menéndez, ocurrido el 20 de agosto de 1989 en su casa de Beverly Hills, en un controvertido caso en el que los jóvenes denunciaron haber sufrido abusos sexuales por parte de su padre, de origen cubano.
Inicialmente, Erik y Lyle afirmaron a la Policía que encontraron los cuerpos de sus padres tras haber pasado la tarde fuera de casa, pero levantaron sospechas cuando comenzaron una vida de excesos tras acceder a la fortuna familiar.
Con información de Milenio