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Con el mes de junio llega el solsticio de verano en el hemisferio norte. Las noches son más cortas, pero observar las estrellas se vuelve más fácil por el buen tiempo, los crepúsculos de mayor duración y la aparición de las constelaciones de verano.

Una supergigante roja en el cielo. Algunas de las constelaciones más prominentes del cielo nocturno, como el Triángulo estival (formado por las estrellas Vega, Deneb y Altaír), son visibles en esta época del año. También el brazo de la Vía Láctea es más fácil de distinguir en lugares oscuros.

Sin embargo, a partir del miércoles 19 de junio, la protagonista será Antares, la estrella más brillante de la constelación de Escorpio. Esta supergigante roja está a 550 años luz de la Tierra, pero al ser 12 veces más masiva que el Sol, y encontrarse en las etapas finales de su vida, puede verse como una de las estrellas más brillantes del cielo nocturno al anochecer.

Cómo localizarla en el cielo nocturno. No será muy difícil de encontrar, a pesar de la Luna en cuarto creciente. A mediados de junio será cuando la estrella esté más alta en el hemisferio norte.

Se podrá ver mirando al este-sureste en la constelación de Escorpio, con su característico color rojo rubí y una magnitud de 0,6. Además, suele parpadear ferozmente debido al espesor de la atmósfera de la Tierra.

Coincide con la enorme Luna llena del solsticio. El 22 de junio, dos días después del solsticio de verano, también saldrá por el horizonte la Luna llena del solsticio, más conocida como la Luna de fresa porque para los nativos americanos marcaba la temporada de cosecha de fresas.

En junio, el Sol está en su punto más alto y la Luna en su punto más bajo desde la perspectiva del hemisferio norte, así que la Luna llena del solsticio tiende a parecer más baja y más grande de lo normal.

Cuándo es el solsticio de verano. El jueves 20 de junio en el hemisferio norte. Será el día más largo del año en términos de horas de luz diurna, aunque se celebre cuatro días más tarde, durante la noche de San Juan.

Durante el solsticio de verano, el eje de la Tierra está inclinado aproximadamente 23.5 grados hacia el Sol, lo que hace que las zonas de crepúsculo (el amanecer y el atardecer) sean más prolongados. Un momento celebrado por innumerables civilizaciones antiguas y un espectáculo más que observar por estas fechas en el cielo nocturno antes de meternos en temporada de perseidas.

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