“Las probabilidades de lluvia serán hasta el día 20 casi la cuarta parte de todo lo que llueve en un año”, explicaba hace dos días Cutberto Ruiz Jardín, meteorólogo de la Protección Civil del Estado de Oaxaca. Y no es algo que se circunscriba solo al estado mexicano. Al contrario: todo Centroamérica está en alerta por un intensísimo fenómeno de lluvias que tiene en jaque a media docena de países.
Así es cómo la humedad monzónica y un extenso canal de baja presión en el suroeste del Golfo van a marcar toda la semana.
¿Qué está pasando en Centroamérica? En términos técnicos, parece que una baja proveniente del Golfo de México ha entrado en la región centroamericana provocando lluvias torrenciales, rachas de viento, actividad eléctrica y el caos generalizado. En El Salvador, por ejemplo, ya hay un muerto en la región central del país, se han cortado una decena de carreteras y se han evacuado varias zonas del país.
En Honduras se ha declarado alerta amarilla en la mitad del país y eso conlleva un buen número de evacuaciones preventivas en todas aquellas regiones «con riesgo de deslizamientos, derrumbes, inundaciones o desbordamiento de ríos». Guatemala, Costa Rica, Nicaragua y Panamá también se han visto (y se verán) afectados por todo esto.
¿Y en México? Lo de México es más complicado. Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de México, el país no se verá afectado por una zona de bajas presiones, sino dos. Eso va a provocar, lluvias de intensas a torrenciales en el oriente, sureste mexicano y la península de Yucatán. En algunas zonas del país, la lluvia va a ser más que considerable y no podemos descartar la formación de un ciclón tropical (o, al menos, de una estructura atmosférica de alto impacto).
Y, por eso es más complicado, porque estas bajas están en la línea exacta entre lo que pueden ser excelentes noticias para un país que atraviesa una durísima sequía y un desastre a poco que la tormenta se desmadre.
En el primer escenario, los expertos ya pronostican un buen push de agua en las presas del país y un alivio hídrico de incalculable valor ahora que llega el verano. En el segundo, puede causar muchos problemas en Chiapas y el Yucatán. En cualquier caso, las lluvias intensas, las “descargas eléctricas, rachas fuertes de viento y la posibilidad de granizo» están garantizadas.
¿Qué podemos esperar en los próximos días? Además de esta enorme inestabilidad meteorológica, el futuro de la región durante esta temporada de huracanes es uno de los misterios meteorológicos más enigmáticos de los últimos tiempos.
Y es que, aunque la Organización Meteorológica Mundial sigue esperando una temporada histórica, lo cierto es que tenemos muchos elementos en juego que nadie sabe cómo van a acabar. La Niña, el polvo africano, el funcionamiento de los mecanismos de ‘tropicalización’ en entornos muy cálidos… Hay decenas de variables a tener en cuenta de cara y muy pocas certezas.
Así que por ahora, solo queda tener suerte y estar preparados para lo que pueda pasar.