Hace unos días, Elon Musk anunció que Neuralink implantó con éxito su primer chip en el cerebro humano. Según Musk, esto le permitirá a las personas igualar las destrezas de la IA avanzada en el futuro. Sin embargo, estas declaraciones del CEO de Tesla provocan críticas de sus competidores, pero al mismo tiempo ayudan enormemente a esta industria.
Durante muchos años, estos implantes cerebrales han sido el principal enfoque de desarrollo e investigación de los principales laboratorios científicos. Se sabe de al menos tres compañías que aplicaron electrodos en el cerebro humano y los utilizaron para recopilar e interpretar sus señales. Pero fue Elon Musk quien «generó atención e inversión en esta área», así lo afirma el CEO de Synchron, Tom Oxley. Su compañía ya recaudó más de 130 millones de dólares en financiación.
«Generar gran publicidad para sus investigaciones con evidencia mínima es una habilidad en la que Elon Musk destaca», según Anne Vanhoestenberghe, profesora de dispositivos médicos implantables en el King’s College de Londres. «¿Están por delante? No. ¿Es su tecnología única? No, nada de lo que he visto es nuevo».
El gran impacto de Neuralink.
Durante años, Musk ha utilizado su gran cantidad de seguidores en redes sociales y otros medios para atraer inversores e investigadores. Neuralink está siendo respaldada por una sólida estrategia de marketing, y ya ha recaudado casi 700 millones de dólares.
Sin embargo, parece que las declaraciones de Musk han generado muchas expectativas exageradas. A pesar de esto, es obvio que estas declaraciones destacan una tecnología que antes se consideraba poco favorable y loca para muchos, pero que recientemente ha empezado a mostrar resultados esperanzadores.
El Futuro de los implantes cerebrales.
La investigación sobre interfaces cerebro-computadora (BCI) se inició hace dos décadas, pero ha progresado muy lentamente. Tras crear Neuralink en 2016, Musk prometió realizar ensayos en humanos desde 2020, luchando por la aprobación de la FDA. Los avances en el desarrollo de sistemas de detección cerebral y el uso del aprendizaje automático han hecho posible las BCI.
Alex Morgan, inversor en neurotecnología, sostiene que diversos enfoques y métodos pueden generar una variedad de productos. Afirma que no hay un único ganador en esta industria. El principal desafío sigue siendo interpretar las señales cerebrales, lo que dificulta predecir cuándo la tecnología podrá hacer más que controlar el cursor de una computadora o realizar movimientos básicos en prótesis.
Actualmente, startups colaboran en el desarrollo de implantes para pacientes con parálisis severa, avanzando en interfaces cerebro-computadora.