La Universidad de Pensilvania comunicó el pasado jueves que un grupo de médicos conectó por primera vez un hígado de cerdo genéticamente modificado a un paciente que perdió la actividad cerebral, logrando que el órgano del animal filtrara la sangre de la persona durante 72 horas sin que su cuerpo lo rechazara.
En los últimos años, se han realizado de manera exitosa numerosos trasplantes de órganos de animales a humanos (xenotransplantes). Se tiene documentado que se han trasplantado riñones de cerdos modificados genéticamente en individuos con muerte cerebral. Las ediciones genéticas permitieron que el sistema inmunológico de los receptores de estos órganos no los rechazara.
De acuerdo con la revista Scientific American, los hígados representan un desafío al momento de trasplantarlos, puesto que llevan a cabo funciones más complejas que el corazón o el riñón. El hígado procedente de un cerdo, además de filtrar la sangre, debe producir miles de compuestos biológicos, incluidas hormonas y proteínas de coagulación de la sangre.
En un nuevo procedimiento, que tuvo lugar el pasado diciembre, se demostró la funcionalidad de un hígado de cerdo con 69 modificaciones genómicas diferentes. Este órgano fue desarrollado por la empresa estadounidense eGenesis, que se basó en los descubrimientos obtenidos de un estudio anterior donde se usaron riñones porcinos.
Los especialistas indicaron que en esta ocasión se optó por un método experimental diferente, conocido como perfusión extracorpórea, que consistió en conectar el torrente sanguíneo del receptor del hígado mediante un sistema de tubos. En el transcurso del procedimiento, el órgano del animal genéticamente modificado logró que la sangre del paciente circulara, además de que produjera bilis, una sustancia que ayuda a la digestión.
El médico Abraham Shaked indicó que el hígado funcionó en un lapso de 72 horas sin perder oxígeno y sin ser atacado por las células inmunitarias humanas de la sangre. Los médicos mencionaron que están examinando las muestras de sangre y plasma obtenidas en la experimentación, con la finalidad de evaluar las funciones que puede realizar el hígado porcino, así como observar si el sistema inmunológico mostró alguna señal molecular al momento de recibir el órgano.
«El éxito de la primera parte de nuestro estudio es importante para quienes enfrentan insuficiencia hepática, ya que ofrece una visión de un futuro en el que las soluciones innovadoras pueden brindar esperanza a los pacientes que, de otro modo, estarían destinados a morir mientras esperan un trasplante», señaló Shaked.