Para fortalecer su esperanza de encontrar a sus hijos desaparecidos, madres y padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa acudieron a la Basílica de Guadalupe, en donde se realizó una misa por los 10 años tres meses de la noche de Iguala, oficiada por el obispo emérito Raúl Vera.
En el recinto religioso, el obispo Vera convocó a las familias a no cesar en su lucha. “No se cansen, sean firmes y sigan buscando la verdad. Es un gran beneficio que ustedes le dan a nuestra patria, para que sepan las autoridades que no pueden quedar impunes sus atrocidades”.
La desaparición de los normalistas de Ayotzinapa “sigue viva, así como el reclamo de justicia”, aseveró.
En su homilía, frente a los familiares de los jóvenes, normalistas e integrantes de organizaciones indígenas y populares, destacó que desde hace 10 años los padres y las madres de los estudiantes desaparecidos han “iluminado la conciencia de los mexicanos” sobre que “no debemos permitir de ninguna manera la mentira con la que se mueven (las autoridades) y la confianza que tienen en el poder militar y policiaco. Todo eso que vemos y se mueve para ocultar una desaparición que solo ellos pueden explicar”.
Respaldó también los señalamientos de los padres y las madres sobre la participación del Ejército, pues dijo que el ex presidente Andrés Manuel López Obrador “se fue para atrás” en su promesa de dar con la verdad, “cuando se dio cuenta que el Ejército era el primer implicado”.
Los familiares de los estudiantes arribaron a la Basílica tras una caminata desde la Glorieta de Peralvillo. Ahí, Emiliano Navarrete, padre de José Ángel, expresó que son ya 10 navidades en las que permanece el vacío y “se profundiza el dolor”, ante la ausencia de su hijo, pero “aquí seguiremos porque tenemos el derecho a saber la verdad y que se haga justicia”.
Junto con Mario González, padre de César Manuel, coincidió en que están a la espera de la próxima reunión con la presidenta Claudia Sheinbaum, en las primeras semanas de febrero, para conocer los avances de las investigaciones.
González expresó particularmente su preocupación sobre la nueva estrategia que pondrá en marcha la jefa del Ejecutivo para dar con el paradero de los jóvenes, ya que durante la reunión del 4 de diciembre pasado no se habló de las órdenes de aprehensión pendientes ni de “cómo se va a implementar un plan para que el Ejército suelte esos 800 folios” que tiene en su poder con información relevante para el caso.
Asimismo, dijo que es preocupante que se mantenga a Arturo Medina, como subsecretario de Derechos Humanos, y a Rosendo Gómez como fiscal especial, cuando “desafortunadamente tenemos las pruebas de que no se ha hecho nada”.
Los padres y las madres de los 43 normalistas también adelantaron que en el año 2025 continuarán con sus movilizaciones mensuales y con protestas hasta dar con el paradero de sus hijos.