Hoy es 04 de Diciembre de 2024, Chihuahua, MX.

El crimen, la inseguridad y la corrupción son limitantes para las nuevas inversiones, la generación de empleo y el crecimiento de México, advirtió el Fondo Monetario Internacional (FMI): “la economía mexicana sí está pagando una factura por la inseguridad”. 

El costo económico y la percepción del crimen varían sustancialmente entre estados. Además, los delitos pueden entrañar costos directos con pérdidas provocadas por robos y extorsiones, gastos de las empresas en seguridad y costos indirectos que pueden reflejar la percepción de la delincuencia y las decisiones a partir de este sentimiento.

Esta es la visión de los expertos del organismo, en las conclusiones a la visita anual que hizo la misión de expertos del FMI a México, conforme al Artículo IV del Convenio Constitutivo. La visita se hizo la primera quincena de octubre. Incluyó reuniones con Secretarios del gabinete de Claudia Sheinbaum y funcionarios de alto nivel, así como expertos.

El peso de este flagelo no se reparte equitativamente. Pega con fuerza en los estados del sur y limita sus posibilidades de cerrar la brecha con regiones más prósperas.

Para las MiPymes, los daños por la violencia son entre cuatro y seis veces mayores que para las grandes empresas. Las empresas pequeñas incurren en gastos que probablemente son mucho menores que el destinado por las empresas de mayor tamaño, acotaron.

En el caso de las mujeres, la inseguridad es un factor que afecta su participación en el mercado laboral, en ocasiones es un factor que obliga a abandonar un trabajo, por ejemplo, si hay percepción de peligro en sus traslados de la casa al trabajo o viceversa.

Políticas públicas

En las recomendaciones de políticas públicas del FMI, sugieren “fortalecer la gobernabilidad, abordar la corrupción y el crimen… “México se beneficiaría de actualizar sus prioridades políticas de manera proporcional a los riesgos identificados y el posible impacto macroeconómico de los delitos financieros y el crimen organizado”.

En una primera valoración sobre la factura que, reconocen, sí está pagando la economía mexicana por el endurecimiento del crimen, detallaron que la impunidad sobre los delitos denunciados facilita la operación del crimen organizado y que la percepción de corrupción entre los policías inhibe la presentación de denuncias y el combate a los delitos.

Subrayaron que las circunstancias asociadas a la inseguridad y violencia son inhibidores de inversión y desalientan al crecimiento económico. En particular si operan en un territorio donde hay presencia de pandillas, los daños causados por el crimen resultan considerablemente mayores.

Mujeres trabajadoras afectadas por el crimen

Destacaron que vivir un clima de creciente violencia, genera limitaciones a la participación femenina en el mercado laboral. Para muchas mujeres, la inseguridad es un factor que impide la entrada o presiona la salida de las mujeres. Es necesario estudiar con más detalle y más profundidad esta relación entre violencia y no participación laboral de las mujeres. Lo que sí es un hecho es que se han convertido en un costo relevante que se paga por la violencia e inseguridad. Explican: “Las mujeres tienen más probabilidad de abandonar su trabajo debido al empeoramiento de las condiciones laborales y el aumento de los riesgos”, explican.

A partir de datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo se encontró que un aumento de los homicidios de los trabajadores ha conducido a una menor demanda de hombres para cubrir los puestos y un ligero aumento, de 0.4% en la colocación de mujeres en el mercado laboral. Proporción que dicen es muy poco significativa estadísticamente.

Agregaron que las mujeres tienden a abandonar con más frecuencia el trabajo debido a factores como cambios en las condiciones laborales, mayor riesgo e insalubridad de su entorno o el deseo de obtener mayores ingresos. Esto sugiere “un aumento de las separaciones laborales estrechamente relacionado a los ajustes que hacen las mujeres en respuesta a las condiciones laborales alteradas resultantes del aumento de la violencia”.

Inseguridad, un asunto regional

Las circunstancias relacionadas con la inseguridad y la violencia que vive México no son un hecho aislado. Es algo que ha ganado importancia en América Latina y el Caribe.

En otro documento divulgado por el FMI, el Panorama económico para el Hemisferio Occidental explicaron que los flujos de la Inversión Extranjera Directa, son menores que los de remesas por la baja gobernabilidad e inseguridad que prevalece en los países de la región. De manera paradójica, el aumento en las remesas presenta una correlación con el deterioro de la seguridad, en la medida en que genera migración hacia otros países.

Los expertos del FMI enfatizaron que “mejorar la gobernabilidad está asociado con mayores flujos de IED; mientras el crimen está asociado con mayor emigración y un consistente aumento de las remesas al país de origen”.

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