Los ingresos que obtiene el gobierno por el pago de impuestos de los contribuyentesanotaron, en el primer trimestre del año, un crecimiento de dos dígitos, que logró compensar la caída de los recursos que se obtienen por el petróleo, de acuerdo con la información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
El Informe de Finanzas Públicas y la Deuda Pública, al primer trimestre del año, mostró que los ingresos tributarios sumaron 1 billón 522,104 millones de pesos, lo que representó un crecimiento de 17.8% en comparación anual.
Asimismo, los ingresos tributarios resultaron 37,075 millones de pesos por arriba de lo programado, principalmente por mayores recursos en la recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA).
“La recaudación tributaria aumentó 17.8% real anual en el primer trimestre del 2025, impulsada por mejoras de eficiencia. Al descontar un efecto de calendarización relacionado con el último día hábil para el pago definitivo de las personas morales, el crecimiento anual fue de 9.3%, la segunda tasa más alta desde el 2015”, señaló la dependencia a cargo de Edgar Amador Zamora.
En el caso del ISR, este dejó 901,261 millones de pesos, un crecimiento de 21.3% anual, mientras que el IVA dejó 400,444 millones de pesos, 20.9% más que en el mismo periodo del año pasado.
En el caso de los impuestos a las importaciones, estos dejaron 42,347 millones de pesos, lo que representó un crecimiento de 50.5% más en comparación anual. El crecimiento, indicó el secretario de Hacienda, se debió a un mayor tipo de cambio, una mejor fiscalización de las empresas de comercio electrónico y el reforzamiento de la vigilancia aduanera.
El desempeño de la recaudación de impuestos solventó, a su vez, la caída en los ingresos petroleros. En el mismo periodo, estos dejaron 227,519 millones de pesos, lo que representó una caída de 13.8% en comparación anual, además de quedar 100,325 millones de pesos por debajo de lo programado.
Del lado del gasto público, el gobierno de Claudia Sheinbaum ejerció 2 billones 269,695 millones de pesos, lo que representó una caída anual de 5.9%, y un subejercicio de 178,150 millones de pesos.
De este, 1.57 billones de pesos se fue al gasto programable, es decir, aquel que se destina a proveer de bienes y servicios a la población, y el cual decreció 9.7% en comparación anual.
En el caso del gasto no programable, sin considerar el costo financiero, este sumó 390,616 millones de pesos, 1.3% menos en comparación anual.
“El costo financiero se mantuvo 36,000 millones de pesos por debajo de lo previsto en el programa, reflejo de una estrategia de financiamiento prudente, incluso en un entorno de condiciones financieras restrictivas y un mayor tipo de cambio. Estos últimos factores explicaron el aumento de 11.7% real en la comparación anual”, consignó Hacienda.