Hoy es 05 de Febrero de 2025, Chihuahua, MX.

Las remesas recibidas en México durante el 2024 sumaron 64,745 millones de dólares, una cifra sin precedentes para la captación de los llamados migradólares desde que Banco de México registra estos envíos.  

El flujo de transferencias superó en 2.25% los envíos que hicieron los trabajadores mexicanos desplazados en 2023 cuando también se registró una entrada sin precedentes hasta ese momento de 63,318 millones de dólares.

Para ponderar el tamaño de estos envíos de dólares hacia los 1.8 millones de hogares beneficiados en México, basta tomar los ingresos registrados en el mismo año del 2024 por la exportación de petróleo, que ascendió a 28,436 millones de dólares.

Es decir, los mexicanos que trabajan en el exterior enviaron a sus familias poco más del doble de dólares de los que llegaron al país por la venta del hidrocarburo.

No obstante al histórico flujo acumulado de remesas, se observa una consistente moderación en los envíos desde el año 2022 y tal como lo explican analistas de BBVA research acumulan 14 meses con alta volatilidad.

Es decir se han presentado entradas positivas pero el ritmo del ingreso se ha moderado respecto de meses previos y en ocasiones, se ha acelerado.

Expertos del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA) consideran que esta volatilidad que han mostrado las remesas puede estar evidenciando una normalización en los envíos.

Inflación y remesas, caminos que se cruzan

Explicaron que inmediatamente después de la pandemia, entre el 2021 y el 2022, la inflación redujo el poder adquisitivo de las remesas orillando a los emisores a incrementar los envíos. En esos años, los envíos de remesas registraron crecimientos anuales de doble dígito, que fueron de 25.9% en el 2021 y de 12.1% anual en el 2022, según información del Banxico.

Fue a partir del 2023, cuando estos envíos empezaron a desacelerar. Tal como lo plantearon los expertos del CEMLA, la inflación pasó de la variación máxima de 8.7%, en septiembre del 2022 al 4.21% alcanzado en diciembre del 2024.

La inflación pandémica se empezó a manifestar desde octubre del 2020 y llegó al máximo en octubre del 2022.

Cayeron envíos en diciembre

En diciembre del año pasado, los migrantes desplazados enviaron a sus hogares en México 5,228 millones de dólares, con lo que se hilaron cuatro meses consecutivos de envíos que superaron los 5,000 millones de dólares.

Pero el flujo mensual de remesas en diciembre pasado, resultó el más bajo de los últimos nueve meses y a tasa anual, es decir al comparar este ingreso con el observado en diciembre de 2023, significó una contracción anual de 4.9 por ciento.

Especialistas de Banorte destacaron que la caída de remesas en el último mes del 2024 se contrapone con el factor estacional positivo por los feriados de fin de año.

Consideran que en esta ocasión, la victoria de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y sus amenazas en el frente migratorio impactaron a los flujos.

Al desagregar la información en lo que va del año, resulta que en seis meses se observó una desaceleración anual en estos envíos en dólares: en marzo, cuando mostraron una desaceleración de 3.4%; en los meses de mayo y julio, donde se observó una moderación de 1%; en septiembre, que fue la más pronunciada, de 4.6%; la de octubre, de 1.6% y esta de diciembre.

Los datos divulgados por el banco central muestran que en el transcurso del año pasado, los 11.1 millones de adultos beneficiarios de remesas registraron entradas mensuales superiores a los 5,000 millones de dólares durante seis meses, esto es, en marzo, abril, mayo, julio y septiembre.

Mientras tanto, los meses de junio y agosto pasan a la historia como los mayores registros mensuales remesas, correspondientes a 6,206 millones y 6,082 millones respectivamente.

En enero y febrero, las familias receptoras captaron 4,573 millones y 4,494 millones respectivamente.

La información de Banco de México muestra que 99.1% de las remesas llegaron a México vía transferencias electrónicas mientras en efectivo solo ingresaron 481 millones de dólares, que corresponde a 0.7% del total.

Economistas de BBVA desagregaron la información por institución de pago. Así, las instituciones no bancarias pagaron 81.1% de las remesas que recibió el país y las instituciones bancarias, 18.9 por ciento.

Enfatizaron que las remesas cobradas en instituciones no bancarias se pagan en efectivo mientras que las enviadas a bancos se depositan en cuenta, por que estas últimas tienen más seguridad y la posibilidad de convertirse en ahorro y posteriormente en inversión.

Expectativa 2025: Volatilidad

Analistas de BBVA, Banorte y Goldman Sachs coincidieron en anticipar volatilidad a los envíos para este año.

Los temas migratorios y la seguridad en la frontera sur de Estados Unidos han sido los más álgidos para el segundo mandato de Donald Trump y al tener en la mira el freno a la migración irregular, puede reducir el flujo de envíos, advirtieron los economistas.

Los expertos de Banorte hicieron énfasis en que, a nivel anecdótico, ya hay ausencia de trabajadores en actividades agrícolas, de construcción y servicios.

En tanto, los expertos de BBVA tienen como escenario base un crecimiento de 3% en los envíos de nuestros paisanos para el 2025, pero con un sesgo a la baja debido a las señales de una menor absorción de mano de obra mexicana en Estados Unidos.

En tanto Alberto Ramos, economista para América Latina en Goldman Sachs anticipó que el mercado laboral estadounidense aún resistente, debería apoyar los flujos de remesas hacia México y la reciente depreciación del peso mexicano podría potenciar los envíos.

Sin embargo matizó que no está claro cómo afectará el endurecimiento de las políticas migratorias estadounidenses ni las medidas para reducir el flujo de drogas ilícitas y el lavado de dinero.

Con él concuerda el vicepresidente y codirector de inversiones en Franklin Templeton, Luis Gonzali, quien considera que las remesas pueden desacelerar si no se justifica la procedencia de estos recursos.

Las empresas que se dedican a envíos de remesas van a estar bajo mayor escrutinio y será más difícil enviar remesas a México. Podríamos ver una bajada en los envíos de remesas que termine afectando al consumo.

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