Las vacunas contra la Covid-19 llegaron para comenzar a meter freno a la pandemia generada por esta nueva enfermedad que puso al mundo de cabeza y causó millones de muertes en todo el globo, sin embargo, recientes estudios han encontrado que las vacunas contra la Covid-19 pueden generar posibles efectos a largo.
El estudio, realizado por la Global Vaccine Data Network y publicado en la revista Vaccine, ofrece información crucial sobre la seguridad de las mismas,
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A la fecha, se han administrado más de 13.500 millones de dosis de vacunas contra la COVID-19. El estudio analizó datos de 99 millones de personas vacunadas en ocho países y encontró que las vacunas sí están relacionadas con un incremento en afecciones neurológicas, sanguíneas y cardíacas.
Entre los hallazgos más importantes se encuentran:
- Mayor riesgo de miocarditis o inflamación del músculo cardíaco, especialmente después de la segunda dosis de la vacuna Moderna.
- Aumento en la probabilidad de pericarditis, inflamación del saco que cubre el corazón, tras la primera y cuarta dosis de la vacuna Moderna.
- Mayor riesgo de un tipo de coágulo de sangre en el cerebro después de recibir la vacuna de AstraZeneca.
- Posible relación entre las vacunas de vectores virales (AstraZeneca y Johnson & Johnson) y el síndrome de Guillain-Barré, un trastorno neurológico.
- Casos de mielitis transversa y encefalomielitis aguda diseminada tras la administración de diferentes tipos de vacunas.
Es importante destacar que estos efectos son raros y que los beneficios de las vacunas COVID-19 superan ampliamente los riesgos. Sin embargo, la información proporcionada por este estudio es crucial para la vigilancia continua de la seguridad de las vacunas y para el desarrollo de estrategias de prevención y tratamiento de posibles efectos adversos.
Además de los efectos mencionados, un estudio independiente de la Facultad de Medicina de Yale ha identificado casos de síndrome crónico posvacunación, caracterizado por síntomas como intolerancia al ejercicio, fatiga excesiva, entumecimiento y confusión mental.
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La investigación sobre la seguridad de las vacunas COVID-19 es un proceso continuo y es importante que las personas se mantengan informadas sobre los últimos hallazgos. Si experimenta algún efecto adverso después de recibir la vacuna, es fundamental que consulte a un médico.
