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Cualquiera que se haya torcido un tobillo sabe que las bolsas de hielo alivian el dolor y la hinchazón. Pero cada vez hay más gente que se pone hielo en la cara, alegando que reduce la aparición de líneas finas y arrugas, así como la hinchazón debajo de los ojos y los poros. Los aficionados afirman que la piel parece más joven y sana.

Pero aunque los tratamientos faciales con hielo y otras formas de crioterapia han ganado popularidad, sobre todo gracias a los influencers de las redes sociales, sus beneficios aún no han sido validados en estudios clínicos.

Y aunque frotarse la cara con un cubito de hielo pueda parecer inofensivo, la dermatóloga Jessica Garelik, de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos), advierte que estos tratamientos no son para todo el mundo.

«El hielo que entra en contacto con la piel puede dañar potencialmente la barrera cutánea debido a su temperatura de congelación. Esto puede ser problemático para los pacientes cuya piel ya es seca y sensible», dice Garelik.

Esto es lo que hay que saber.
Hielo e inflamación
Parte de la razón por la que es tan difícil estudiar los supuestos beneficios de los tratamientos faciales con hielo es porque son muy subjetivos, explica la dermatóloga Elizabeth Kiracofe, propietaria de Airia Dermatology de Chicago (Estados Unidos). ¿Cómo se mide el «brillo» de las mejillas o la hinchazón de las ojeras?

El otro reto es la enorme variedad de terapias con hielo para el rostro. Su coste y complejidad varían desde la simple frotación de un cubito de hielo en la cara hasta costosos tratamientos en consulta que sólo puede realizar un profesional sanitario autorizado.

Pero los científicos saben cómo afecta el hielo al organismo.

Cuando uno se hace una herida, el cuerpo suele responder enviando células especializadas a la zona para detener la hemorragia y empezar a reparar el daño. Como resultado, el flujo sanguíneo a esa zona aumenta drásticamente a medida que los vasos sanguíneos se dilatan, causando dolor e hinchazón. Una lesión también puede sentirse caliente al tacto, gracias a ese aumento de sangre caliente. El hielo, sin embargo, provoca el fenómeno contrario: vasoconstricción, que hace que los vasos sanguíneos se estrechen.

Las bolsas bajo los ojos pueden no ser el resultado de una lesión física aguda como una espinilla magullada, pero también son el resultado de la vasodilatación y la hinchazón. Tanto si se aplica hielo en una rodilla como en la cara, el principio es el mismo, afirma Kiracofe.

«El objetivo principal es reducir la inflamación», afirma.

¿Qué opinan los expertos de los tratamientos más populares?
Según Hadley King, dermatóloga de Nueva York y miembro de la Academia Americana de Dermatología, las compresas frías pueden ayudar a aliviar la hinchazón ocasional bajo los ojos, al reducir los vasos sanguíneos de la zona afectada.

«En general, hace que la piel parezca menos roja e hinchada», afirma.

La Academia Americana de Oftalmología también recomienda este enfoque, diciendo que 15 o 20 minutos con una compresa fría puede hacer que los ojos menos hinchados (medicamentos para la alergia y otros enfoques farmacológicos también pueden proporcionar un alivio más duradero).

El de los ojos hinchados no es el único campo en el que la terapia con hielo tiene un respaldo científico razonablemente sólido, afirma Kiracofe. También podría reducir temporalmente el dolor y la hinchazón asociados a granos o quemaduras solares leves, dice, también mediante la constricción de los vasos sanguíneos. Sin embargo, Kiracofe insiste en que es importante no dejar el hielo sobre la piel más de unos minutos seguidos para no congelarla ni dañarla.

«Aunque me parece bien, por ejemplo, usar un cubito de hielo en un grano concreto durante un tiempo limitado, no sugeriría frotar hielo por toda la cara como tratamiento principal», dice Kiracofe.

King dice que otro beneficio de los tratamientos faciales con hielo podría derivarse de sus propiedades exfoliantes. «Siempre que se exfolia, la piel adquiere un aspecto fresco, más brillante, más sano y menos descolorido», dice King

Algunas consultas de dermatología ofrecen tratamientos de crioterapia, que utilizan el frío extremo del nitrógeno líquido para congelar lesiones cutáneas como verrugas, papilomas cutáneos y algunos cánceres de piel superficiales. Se trata de una estrategia muy eficaz y específica para tratar problemas cutáneos concretos, pero no es algo que se pueda o deba hacer en casa, dice Garelik. Otros centros ofrecen criofaciales, que utilizan nitrógeno líquido vaporizado para enfriar la piel. No es un tratamiento oficial como la crioterapia, pero ofrece un frío más intenso que el que se puede conseguir en casa.

Pero antes de gastar cientos de euros en estos tratamientos profesionales, los expertos tienen ciertas advertencias.

Lo que hay que saber antes de intentarlo
Tanto si optas por un sencillo método casero como por algo más complicado, Garelik afirma que lo más importante que debes tener en cuenta es no colocar el hielo directamente sobre la piel. Puedes comprar un rodillo de hielo para la cara, o incluso utilizar una toalla de papel o un paño. La capa debe ser lo bastante fina para que penetre el frío, pero sin que el hielo toque la piel. Esto ayudará a prevenir el enrojecimiento, la sequedad y la irritación de la piel por el hielo helado, dice Kiracofe.

King recomienda que las personas con piel seca o sensible, así como las que padecen rosácea, se mantengan alejadas de los tratamientos faciales con hielo, ya que el frío puede ser irritante y causar descamación y enrojecimiento.

Los tres dermatólogos subrayan que la terapia con hielo no se ha probado en ensayos clínicos formales, lo que significa que los científicos no saben si funciona o cómo. Kiracofe dice que es más una terapia para «sentirse bien» que un tratamiento médico formal. «Si te gusta y no te hace daño, sigue con ella», dice Kiracofe.

Con información de National Geographic

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