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Si una cosa ha quedado clara en los 50 años de carrera profesional de Bill Gates, es que tiene buen olfato para los negocios, aunque a veces haya fallado en sus decisiones. Eso le ha llevado a permanecer durante casi cuatro décadas en el top 10 de las mayores fortunas.

En su libro biográfico Source Code: My Beginnings‘, el millonario recuerda cuál fue su mayor apuesta: fichar a Steve Ballmer y ofrecerle un buen trozo del pastel de Microsoft.

Unidos por los pasillos de Harvard

Bill Gates recordaba en su libro sus años como estudiante en la Universidad de Harvard en otoño de 1976, donde el millonario forjó una estrecha amistad con alguien que, dos décadas más tarde le sustituiría al mando de Microsoft.

Gates conoció a Ballmer a través de un amigo común en una clase de posgrado de economía de Harvard. «Steve se parece mucho a ti», le decía su amigo. A diferencia del resto de estudiantes de matemáticas, Gates quedó impresionado con la personalidad de su nuevo amigo. «Steve tenía una energía increíble y una habilidad única para motivar a las personas», ha escrito Gates.

Entonces no lo sabía, pero esa combinación de habilidades hizo de Ballmer el candidato ideal para ayudar a transformar Microsoft de una pequeña startup a una corporación global.

En aquellos años, Ballmer ya apuntaba maneras en la dirección de deportiva. Era responsable del equipo de fútbol de la universidad, supervisaba la publicidad de su periódico estudiantil y era el presidente de la revista literaria de Harvard. Gates describe en su libro cómo recordaba haber asistido a un partido de fútbol y ver a Ballmer «gastar tanta energía caminando de un lado a otro y saltando por el lateral del campo» como cualquiera de los jugadores que estaban jugando.

Ambos compañeros conectaron rápidamente y se volvieron inseparables, charlando sobre el futuro, el poder de los negocios y cómo revolucionar el mundo. Por supuesto entre sus grandes planes, desarrollaron su particular estrategia para el éxito: saltarse las clases de economía, y estudiar a toda prisa en el último minuto justo antes de presentarse al examen…y aprobarlo «triunfantes».

El millonario cuenta en su biografía que el carismático Ballmer fue el responsable de ampliar el círculo social de Gates durante su etapa en Harvard, e introduce a Bill Gates en el Fox Club. Según describe el millonario en su libro, este club era conocido por sus «fiestas de etiqueta, apretones de manos secretos y otras reglas y rituales arcaicos», el fundador de Microsoft habría evitado de no ser por su efusivo amigo Ballmer.

Steve, vente a Microsoft

En 1980, Bill Gates tomó una decisión que cambiaría el rumbo de Microsoft y de la industria tecnológica. Gates necesitaba un estratega, un socio que pudiera manejar el departamento comercial para vender el producto, mientras él se concentraba en la tecnología. Aquí es donde Gates recordó las buenas dotes sociales de Ballmer.

En principio, los jóvenes fundadores de Microsoft estaban dispuestos a ofrecer hasta el 5% de las acciones de su nueva empresa para reclutar a Steve Ballmer como directivo. Finalmente, y gracias al innegable talento negociador de Ballmer, Gates terminó accediendo a entregarle el 8,75% de las acciones de Microsoft.

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Gates reflexionó sobre esta decisión años después: «Dar a Steve esas acciones fue una de las mejores decisiones que he tomado». El éxito de Microsoft en las décadas siguientes demostró la sabiduría de esta elección, consolidando la posición de la empresa como líder en la industria tecnológica.

El fundador de Microsoft reconoció la importancia de contar con alguien como Ballmer, quien tenía una visión empresarial complementaria a la suya. «Necesitábamos a alguien que pudiera ayudarnos a crecer como negocio», explicaba Gates en sus memorias. Esta decisión demostró la visión a largo plazo de Gates y su disposición a sacrificar ganancias inmediatas por un beneficio futuro mayor.

La incorporación de Ballmer tuvo un efecto profundo en la trayectoria de Microsoft, más allá de dar muestras de la energía que conquistó a Gates sudando la camiseta sobre el escenario, o haciendo que Gates perdiera la vergüenza con tal de incrementar sus ventas.

Los años de liderazgo de Ballmer al frente de Microsoft no pueden considerarse los más brillantes de la compañía, que no supo subirse al tren de la telefonía móvil.

Ballmer volvió a su pasión

Tras abandonar el mundo de la tecnología y con un 8,75% de las acciones de una Microsoft catapultada al éxito financiero de la mano de Satya Nadella, Steve Ballmer ha podido dedicarse en cuerpo y alma a su pasión: el baloncesto.

Compró el equipo de la NBA Los Ángeles Clippers y eso le ha llevado a convertirse en la decimoprimera mayor fortuna del mundo según la lista de millonarios de Forbes. Steve Ballmer atesora un patrimonio de 121.300 millones de dólares, superando en riqueza a su amigo y mentor Bill Gates.

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