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Elon Musk está acostumbrado a realizar campañas de optimización en todas sus empresas. Walter Isaacson cuenta en la biografía del millonario cómo todos sus productos pasan tarde o temprano por ese filtro de optimización eliminando piezas y simplificando su fabricación para reducirlo a lo mínimo imprescindible. “Si tras completar el proceso no tienes que volver a añadir algo de lo que has quitado, es que no has eliminado lo suficiente”, decía Musk.

Una de las primeras cosas que Elon Musk hizo nada más aterrizar en el cuartel general de Twitter tras su milmillonaria compra, fue despedir al 80% de la plantilla de la empresa. Directivos, ingenieros, moderadores, desarrolladores o comercial. Elon Musk no dejó títere con cabeza ni departamento sin su dosis de despido.

En la actualidad, aunque ha tenido que volver a contratar a algunas personas más, X se mantiene en funcionamiento con un 20% de su plantilla original. La ciencia responde cómo es posible: el Efecto Ringelmann.

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¿Qué es el efecto Ringelmann?

El Efecto Ringelmann debe su nombre al ingeniero francés Maximilien Ringelmann, que entre 1882 y 1887 realizó una serie de estudios en los que observó la psicología social y de grupo de las personas. Estudios posteriores de la Universidad de Washington y Massachusetts, confirman la validez de esta teoría.

Ringlemann dirigió sus estudios a averiguar la eficacia de las tareas agrícolas y para ello empleó el ejercicio de tirar de una cuerda en grupos de dos, tres y ocho personas. El ingeniero ató un extremo de la cuerda a un instrumento que medía la tracción y descubrió que, cuanto mayor era el grupo de personas que tiraba de la cuerda, menor era la fuerza que cada persona empleaba para tirar.

Es decir, que por muchas personas que se unían al grupo no sumaban sus esfuerzos, sino que ese esfuerzo se repartía y la fuerza aplicada no crecía en la proporción esperada. Esta teoría desmontaba el proverbio de “la unión hace la fuerza”, concluyendo que con cada persona que se añade al equipo, se reduce el esfuerzo efectivo que cada individuo lleva a cabo.

Ivan D. Steiner desarrolló un poco más esta teoría en 1972 y categorizó el tipo de tareas en las que era más probable que apareciera el Efecto Ringelmann:

  • Tareas aditivas. Son aquellas tareas que, como el trabajo de oficina, implican que un mayor número de personas derivarían en una mayor productividad. En este supuesto, las personas implicadas piensan que el esfuerzo que no aplica, lo compensará el resto del grupo. Este pensamiento no siempre es consciente.
  • Tareas disyuntivas. En esta categoría se toma como referencia el rendimiento del más competente (el más fuerte, más productivo, que tiene mayores conocimientos, etc.). En este caso, el Efecto Ringelmann desmotiva al resto de individuos menos competentes en un segundo plano, disminuyendo su esfuerzo y restando “fuerza de tiro” al conjunto del equipo.
  • Tareas conjuntivas. En tareas en las que todos los miembros trabajan de forma coordinada, el Efecto Ringelmann afecta a los sujetos más hábiles, que se relajan igualándose a la media grupal y reduciendo el rendimiento que obtendrían actuando de forma individual.

No hay donde esconderse

Para quienes forman parte de un grupo cerrado durante mucho tiempo no hace falta realizar ninguna prueba de tiro de la cuerda para detectar a aquellos sujetos afectados por el Efecto Ringelmann, que son muy productivos cuando el resultado de su trabajo individual va a quedar expuesto, pero luego se relajan a la hora de desarrollar un proyecto conjunto. Si no lo has detectado, es que eres tú.

El Efecto Ringelmann es un concepto psicológico ampliamente conocido por los departamentos de recursos humanos de las empresas, y también por Elon Musk.

El nuevo propietario de Twitter apostó por reducir el tamaño de los distintos equipos en X para obligarles a poner toda la carne en el asador para sacar adelante los proyectos. Luego, se limitó a ajustar el funcionamiento añadiendo refuerzos a los equipos que realmente necesitaban recursos para salir adelante.

¿Te has preguntado alguna vez por qué tu empresa no contrata a alguien más que libere algo de la carga de trabajo de todo el equipo? Ahora ya lo sabes: hacerlo haría que los actuales miembros bajen el rendimiento actual y sean menos productivos. Es decir, el resultado sería el mismo, pero con un salario más.

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