Hoy es 16 de Abril de 2025, Chihuahua, MX.

En medio de la guerra arancelaria que ha terminado convirtiéndose en un frente bilateral entre Estados Unidos y China, el gigante asiático ha respondido bloqueando la exportación de tierras raras. La Casa Blanca parece que se lo veía venir y ha jugado con una de sus últimas bazas.

La previsión. La administración de Trump ha redactado una orden ejecutiva para permitir el almacenamiento de metales encontrados en el lecho marino del Océano Pacífico, según Financial Times. Esta iniciativa busca contrarrestar la influencia de China sobre las cadenas de suministro de los minerales críticos, ya que controla el 70% del mercado global.

Una gran reserva. Estos metales se encuentran en los nódulos polimetálicos del lecho marino, que contiene minerales como níquel, cobalto, cobre, manganeso y trazas de tierras raras. Como ha tenido acceso el medio británico, el gobierno estadounidense ha considerado que la minería en aguas profundas garantizará una fuente nacional de esos materiales, por lo que busca acelerar las solicitudes de minería bajo la legislación nacional. Dentro de esa idea incluiría la creación de una reserva estratégica de minerales para autoabastecerse.

Seis científicos y más de 40 días bajo el mar: China está desarrollando una estación espacial submarina a más de 2.000 metros de profundidad

No será tan fácil. La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por sus siglas en inglés) se encarga de regular la minería en aguas internacionales. En una reunión reciente, aún no se ha llegado a un acuerdo acerca de como proceder en la minería submarina, y muchos países están pidiendo una moratoria sobre esta práctica debido al impacto en ecosistemas marinos poco conocidos.

En el caso de Estados Unidos no han ratificado la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982, el tratado que da sustento legal a la ISA. En otras palabras, no está dentro de la entidad, así que se abre la gran duda si puede legalmente otorgar permisos a empresas para operar en aguas internacionales. Por su parte, entidades como The Metals Company han insistido en que la ISA no tiene un mandato exclusivo, pero algunos expertos legales han advertido que actuar sin su aval es un movimiento arriesgado que puede poner a todas las naciones en contra.

Ese océano y no otro.  Mientras Estados Unidos se encuentra en esta situación, la elección del Pacífico tiene mucho más trasfondo y tiene que ver con el gigante asiático. China es uno de los principales actores de la minería submarina, con contratos de exploración otorgados por el ISA en la Zona Clarion-Clipperton (CCZ), una región rica en nódulos polimetálicos. Además, se estima que este corredor submarino puede contener más minerales críticos que muchas reservas terrestres combinadas, lo que lo convierte en un objetivo estratégico.

Sacando ventaja. Recientemente, China ha empezado la construcción de un laboratorio submarino a 2.000 metros de profundidad en el mar de China Meriodional, reforzando su posición científica y operativa en los fondos oceánicos. Según Financial Times, todo responde a una visión más amplia: el Pacífico como el nuevo frente de competencia económica y militar, donde el control de los recursos profundos puede marcar la diferencia.

Un 80% sin mapear ni explorar. El fondo oceánico es una nuestras grandes incógnitas, por ello el ISA está manteniendo estas reuniones para establecer cuanto antes un código minero entre todas las naciones. Por su parte, científicos y grupos ecologistas han alertado que es imperante una protección de los océanos por los efectos irreversibles que se pudieran dar.

About Author

Editor

WhatsApp