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La serie que cautivó a millones de personas a nivel mundial y que tuvo más de una adaptación, está de vuelta. Yo soy Betty, la fea es una novela colombiana que ha regresado con un spin-off después de 24 años.

El regreso de los carismáticos e inolvidables personajes de Ecomoda causan nostalgia, por tan solo recordar como Betty se expresa de su jefe, don Armando Mendoza. Este último representa lo que se conoce como el liderazgo de ayer.

De acuerdo con Mario Elsner, especialista en liderazgo y fundador de Business Game Changers, explica que antes los líderes se basaban en la jerarquía, en la poca tolerancia, lo que ahora se considera un estilo tóxico y poco efectivo.

A pesar de que la cultura laboral en la actualidad se ha vuelto más empática y se habla más de la salud mental, la realidad es que hay casos en los que el líder no tiene idea de cómo dirigir a un equipo y con ello surgen problemas a largo plazo.

“Este miedo a perder que nos genera una inseguridad, que nos brinca la figura y nos volvemos unos jefes impostores, pero en el fondo del corazón no sabemos lo que se necesita y entonces nacen estas actitudes que defienden nuestra inseguridad. El ego es una manera de actuar y en el caso de Don Armando Mendoza, brinca una de ellas”, explica Mario Elsner.

3 red flags del liderazgo del Don Armando

En tanto, una de las situaciones más recurrentes de la novela es cuando la empresa Ecomoda pasa por una situación complicada y Armando, al no tener idea de qué hacer, recurre a Betty, quién siempre lo salva.

Aunque esta situación tenga un tono cómico en la novela, por las actitudes de los personajes, este hecho se le conoce como manipulación del líder hacia sus colaboradores, en el cual se encuentra entre una línea delgada con la persuasión.

Mario Elsner explica que “un verdadero líder que persuade lo hace por un propósito mayor, que le conviene al equipo y que es lo que va a hacer la diferencia y te ayuda a desarrollarte”. En cambio, la manipulación es para un beneficio propio.

El segundo punto a tratar en la novela es la comunicación dentro de Ecomoda, en la cual los chismes y rumores son el pan de cada día y es que esto da como resultado el inicio de algunos problemas que Betty enfrenta o que Don Armando se entera.

Por lo tanto, la comunicación que tiene un líder con su equipo es fundamental, y es que a pesar de que Armando ocultaba la situación de la empresa para no alterar su imagen, esto es la falta de transparencia, la cual llega a perjudicar la confianza en el líder.

“Hoy yo creo que un líder tiene que ser transparente, hablar de las situaciones reales, hacer partícipe a tu equipo y no mantener secretos, mentiras blancas y sobre todo la situación financiera”, argumenta Mario Elsner.

Como tercer punto, la manera de expresarse de Armando hacia sus colaboradores. Y es que la frase: “Beatriz, yo le juro y se lo juro por lo más sagrado”, en la actualidad no es suficiente para disculparse ante un acto impulsivo.

“Antes creíamos que presionar era la forma de conseguir los resultados, pero hoy en día, con las nuevas generaciones tenemos que ser persuasivos. Más que presionar a los demás, es darles libertad de que traigan los resultados a su manera”, aconseja Mario Elsner.

¿Qué pasaría si Armando liderará en la actualidad?

Primero, hay que retroceder unos años y ver que los jefes ejemplares eran aquellos que estaban involucrados en todo y alzaban la voz como símbolo de autoridad; liderazgo que ha quedado en el pasado; sin embargo, en Latinoamérica todavía siguen estas prácticas dentro de las organizaciones.

“Estamos en ese proceso de transformación de liderazgo, porque el Internet abre esa globalización, el acceso a la comunicación y ahora tenemos información de todo”.

En este sentido, el liderazgo de Armando, aunque es un personaje muy querido y apreciado, sería complicado que su estilo sea aceptado en las empresas porque, de acuerdo con Mario Elsner, los colaboradores se sentirían presionados, tensos y cansados.

“Hoy en día no queremos tanto desgaste, hoy queremos buscar un balance y eso nos produce mejores resultados. La gente quiere una mejor calidad de vida”.

Esto no quiere decir que Armando sea un mal líder, sino que los tiempos cambian y con ello la manera de gestionar y tratar con los miembros de la organización. Las actitudes del ser amado de Betty son el reflejo de lo que antes se consideraba un líder ejemplar, pero en la actualidad es un liderazgo que no garantiza la efectividad.

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