Las empresas automotrices chinas tardarán décadas en exportar vehículos desde México a Estados Unidos, proyectó Francisco González, presidente ejecutivo de la Industria Nacional de Autopartes (INA).
González expuso que para que una compañía china pueda hacer esas exportaciones requiere una amplia red de empresas proveedoras que le permitan cumplir con las duras reglas de origen del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC, vigente desde julio de 2000).
La industria automotriz china ha experimentado un crecimiento significativo, con varias empresas que se han convertido en actores destacados a nivel nacional e internacional, como SAIC Motor, Nio, BYD, Dongfeng Motor, China FAW y JAC Motors.
“Si llega una de esas empresas a México, va a requerir muchísimos proveedores para exportar a Estados Unidos”, dijo Gonzalez entrevistado por El Economista. “No va a llegar JAC, BYD, ninguna de las marcas, en el sentido de que para exportar a Estados Unidos deben tener 75% de contenido norteamericano; esto es muy difícil, a lo mejor en unas décadas”.
Sobre este punto aclaró: “Sí pueden llegar a México, están vendiendo y produciendo (sólo ensamblando) en México; pero para exportar a Estados Unidos tendrían que traer una gran cantidad de proveedores o comprar a proveedores locales a final de cuentas”.
El T-MEC contiene nuevas normas de origen para los vehículos de motor, que exigen una cantidad específica de contenido norteamericano en el vehículo final para poder conseguir la exención de aranceles en virtud de este acuerdo comercial.
Asimismo, eleva los requisitos de contenido de valor regional (VCR) a 75% para vehículos de pasajeros y camiones ligeros, frente a 62.5% del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, en vigencia desde enero de 1994 y reemplazado por el T-MEC).
Además, determinadas partes esenciales de un vehículo terminado (motor, transmisión y carrocería, por ejemplo) deben cumplir también los umbrales más elevados de VCR para que el vehículo completo cumpla los requisitos.
El T-MEC exige también que al menos 70% de las compras de acero y aluminio de los fabricantes de vehículos procedan de Norteamérica.
En México operan 33 empresas de autopartes chinas y González explicó que algunas de ellas están no sólo por dar menores precios, sino porque además son las que tienen el producto de calidad que requieren las empresas constructoras de vehículos en México.
“El problema es que se ha estado elevando esta situación como espuma en distintos ambientes en Estados Unidos, en el sindicato United Auto Workers (UAW), en algunos demócratas, etcétera, y esto atrae una serie de fricciones que se están brincando el análisis”, argumentó González.
Ante el aumento de las inversiones en México -particularmente de China-, y la necesidad de evitar extender beneficios a terceros países, la UAW solicitó aumentar las tasas arancelarias de Nación Más Favorecida (NMF) sobre los automóviles y sus partes y, en particular, vehículos eléctricos y componentes relacionados.
“Cuando hacemos el análisis, en ningún caso viene siendo una preocupación al día de hoy; pero esta situación espumante está atrayendo una serie de fricciones innecesarias”, agregó.