El Gobierno Municipal, a través del Instituto Municipal de Pensiones (IMPE), da a conocer los síntomas que pudieran indicar sospecha de cáncer en menores de 18 años, y emite recomendaciones que ayudarían en su prevención.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, alrededor de 175 mil niñas y niños alrededor del mundo son diagnosticados con diferentes tipos de cáncer infantil. En México existen entre 5 y 6 mil los casos nuevos de cáncer infantil anualmente, con una supervivencia del 56 por ciento posterior al diagnóstico, por lo que se exhorta a la detección temprana de dicha enfermedad.
Acude ante una unidad médica si notas síntomas como sudoración nocturna o excesiva, pérdida de peso, dolor de huesos y articulaciones, palidez progresiva, fatiga, cansancio o apatía sin causa aparente, calentura persistente o recurrente, que dure varios días y no ceda a tratamientos comunes.
Otros signos más específicos incluyen:
- Sangrados frecuentes de Nariz, o de encías al cepillarse los dientes.
- Puntos reojos o morados de la piel o moretones sin causa aparente.
- Crecimiento irregular en abdomen.
- Crecimiento de bolitas(ganglios) progresivos en cuello, axilas o ingles, sobre todo si son nódulos duros, grandes y sin datos de infección, que no disminuyen con desinflamatorios.
- Crecimiento anormal en cualquier parte del cuerpo.
- Reflejo blanco en pupila.
- Desviación de mirada o aumento de volumen en uno o ambos ojos.
- Dolor de cabeza persistente, que empeora con el tiempo y no cede con medicamento, despierta al menor y es asociado a nausea o vómito, que pueden estar acompañado de cambios de conducto o alteraciones neurológicas (mareos, movimientos involuntarios, convulsiones, hormigueo, pérdida del equilibrio, alteraciones al caminar y/o pérdida de sensibilidad).
Sigue estas medidas en caso de sospecha de cáncer:
- Proteger del sol: usar sombrero, gafas de sol, ropa que cubra los brazos y las piernas, y protector solar de amplio espectro con un factor de protección (SPF) de 15 o más.
- Mantener un peso saludable: mantener o alcanzar un peso saludable a lo largo de la vida.
- Ser físicamente activo: desarrollar hábitos de ejercicio, regular desde niño para mantenerlos en la edad adulta.
- Evitar comportamientos de riesgo: evitar comportamientos que puedan llevar a infecciones, como mantener relaciones sexuales seguras.
- Inmunización: inmunizarse contra ciertas enfermedades, como el virus del papiloma humano (VPH), que pueden prevenir cánceres relacionados.
- Evitar la exposición a hidrocarburos y pesticidas: esto puede disminuir el riesgo de padecer leucemia.
Es importante recordar que los padres y madres de familia también pueden disminuir el riesgo de que los más pequeños de la casa desarrollen cáncer con un estilo de vida saludable y cuidados desde el embarazo y en los primeros cinco años de vida.