El ex presidente de Cataluña Carles Puigdemont publicó alrededor de las nueve de la noche su primer mensaje público desde que desapareció tras su mitin político en Barcelona de ayer y aseguró que ya se encuentra en Bélgica después de hacer un largo viaje en carretera. Puigdemont protagonizó con su fuga el debate parlamentario de la investidura del socialista Salvador Illa como presidente de Generalitat, que gobernará la región los próximos cuatro años. Tanto el gobierno saliente catalán, presidido por el independentista Pere Aragonés, como la cúpula policial de los Mossos d´Esquadra calificaron de “impropia” su conducta de en la jornada de ayer, en la que evadió el control policial y evitó su detención.
El ex presidente catalán confirmó a través de las redes sociales que está fuera de España, donde corría el riesgo de ser detenido por una orden judicial en su contra por el delito de malversación de caudales públicos. En el mensaje, Puigdemont arremetió contra el gobierno catalán, presidido por los independentistas de ERC, al acusarles de desatar una “caza de brujas” y de auspiciar una “oleada represora”.
El ex presidente añadió que “ya dije que no he tenido nunca la voluntad de entregarme voluntariamente ni de facilitar mi detención porque me parece inaceptable que se me esté persiguiendo por razones políticas y que, encima, no se esté aplicando la ley de amnistía”, por lo que advierte que “”si el consejero de Interior hubiera cumplido con la ley y me hubieran dado el escolta que me corresponde, habrían sabido en todo momento cuál era mi recorrido por Barcelona y por Cataluña. No les habría hecho falta la delirante operación de ayer, que formará parte por siempre jamás más de su biografía pública. Y no como un mérito precisamente”.
La policía catalana explicó en su versión de los hechos que intentó seguir a Puigdemont pero, “le ayudaron los semáforos en verde y fue imposible seguirle el paso”, con lo que se fugó entre el tráfico de la ciudad. Unos minutos después, cuando ya estaba fuera de foco de los agentes, se localizó el vehículo en el que huyó, que pertenecía a un agente autonómico que fue detenido, y tras ocho horas de activar la llamada “Operación Jaula”, que la última vez que se puso en marcha fue tras el brutal atentado islamista de agosto del 2017 en la céntrica calles de Las Ramblas y que sirvió para detener al autor material de la masacre, no se logró localizar el paradero del ex presidente.
El ministro de la Presidencia del gobierno español, el socialista Félix Bolaños, restó importancia al hecho y atribuyó toda la responsabilidad al gobierno catalán y a su policía: “Los Mossos son una policía judicial y tenían la obligación de haber detenido a Puigdemont, pero aquí lo importante es que se sacó adelante la investidura de Salvador Illa”, aseguró.
Además, el juez Tribunal Supremo, Pablo Llarena, solicitó un informe sobre la actuación de las fuerzas del orden público que podría acarrear una serie de querellas judiciales por prevaricación.
Entre tanto, el recién investido presidente catalán, el socialista Illa, protagonizó un primer encuentro público con el mandatario saliente para el traspaso de poderes. Illa se convertirá en el primer presidente socialista después de 15 años de gobiernos nacionalistas, en los que se llevó a cabo la declaración unilateral fallida de independencia de octubre del 2017.