Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, rechazó el miércoles un acuerdo de cese al fuego y liberación de rehenes, comprometiéndose a continuar la guerra hasta “la victoria total” y rechazando cualquier pacto que permita al grupo miliciano mantener control total o parcial de Gaza.
Las declaraciones de Netanyahu, que efectuó mientras el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se encuentra en la región para tratar de mediar un acuerdo de cese del fuego, son un indicio de que la difícil diplomacia podría ser descarrilada, y también dejan ver la amplia brecha que persiste entre Israel y Hamás al ingresar la guerra a su quinto mes.
Prime Minister Benjamin Netanyahu:
“Tonight I want to speak to you about total victory.
Our security and the prospects of peace in the Middle East depend on one thing: total victory over Hamas.https://t.co/mTb1yPpAON pic.twitter.com/GZF8xdvNMG— Prime Minister of Israel (@IsraeliPM) February 7, 2024
Netanyahu señaló que la presión militar era la mejor forma para liberar a los cerca de 100 rehenes que están en la Franja de Gaza, a donde fueron llevados después de que Hamás realizó un ataque transfronterizo en el sur de Israel el 7 de octubre, el cual detonó la guerra.
El primer ministro hizo sus declaraciones en respuesta a un plan detallado de tres fases que presentó Hamás, el cual se desarrollaría a lo largo de cuatro meses y medio. El plan, en respuesta a una propuesta de Estados Unidos, Israel, Qatar y Egipto, estipula que se liberarían a todos los rehenes a cambio de cientos de palestinos encarcelados en Israel, incluidos altos mandos del grupo miliciano.
Uno de los objetivos de Israel en la guerra es destruir las capacidades militares y de gobierno de Hamás, y la propuesta del grupo miliciano de hecho lo mantendría al frente del poder en Gaza y le permitiría reconstruir sus capacidades militares.
“Ceder ante las delirantes exigencias de Hamás que hemos escuchado este día no sólo no conduciría a la liberación de los cautivos, sino que simplemente abriría las puertas a otra masacre”, declaró Netanyahu en una conferencia de prensa.
Tras las declaraciones de Netanyahu, un funcionario de Hamás, Osama Hamdan, dijo que una delegación viajará a El Cairo para más conversaciones, una muestra de que las negociaciones continuarán.
Por su parte, Blinken indicó que aún es posible llegar a un acuerdo.
“Aunque hay algunos puntos no negociables que han sido muy claros en la respuesta de Hamás, pensamos que crean espacio para que se concrete un acuerdo y trabajaremos en ello incansablemente hasta que lo consigamos”, dijo en una conferencia de prensa.
Blinken, quien visitó la región por quinta ocasión desde que la guerra comenzó, también impulsa un acuerdo de posguerra más amplio en el que Arabia Saudita normalizaría relaciones con Israel a cambio de una “vía clara, creíble y oportuna para la creación de un Estado palestino”.
Pero Netanyahu, cuya popularidad va en declive, se opone a un Estado palestino, y su coalición de gobierno podría venirse abajo si se percibe que otorga concesiones en ese sentido.
Hamás presenta sus condiciones para un acuerdo por rehenes
La respuesta de Hamás a la propuesta de alto el fuego fue publicada por el periódico libanés Al-Akhbar, cercano a la poderosa milicia libanesa Hezbolá.
Un responsable de Hamás y dos funcionarios egipcios confirmaron su autenticidad. Un cuarto funcionario, al tanto de las negociaciones, aclaró posteriormente la secuencia de las liberaciones. Todos hablaron a condición de guardar el anonimato porque no están autorizados a informar a la prensa acerca de las negociaciones.
En la primera fase, con una duración de 45 días, Hamás liberaría a las mujeres y niños que siguen cautivos, además de a hombres mayores y enfermos a cambio de un número no especificado de presos palestinos retenidos por el gobierno israelí.
Israel también se retiraría de las zonas pobladas, cesaría sus operaciones aéreas, permitiría la entrada de mucha más ayuda y el regreso de los palestinos a sus casas, incluso en la devastada zona norte del enclave.
La segunda fase, que se negociaría durante la primera, incluiría la liberación del resto de los rehenes, en su mayoría soldados, a cambio de todos los detenidos palestinos mayores de 50 años, incluidos insurgentes de alto rango. Israel dejaría libres a otros mil 500 prisioneros, 500 de los cuales serían elegidos por Hamás, y completaría su retiro de Gaza.
En la tercera fase ambas partes intercambiarían los cuerpos de rehenes y prisioneros muertos.
La victoria es “cuestión de meses”
En la conferencia de prensa en la que respondió a las exigencias de Hamás, Netanyahu dijo que las fuerzas armadas israelíes habían alcanzado muchos de los objetivos que se trazaron y que la victoria era “una cuestión de meses”.
Dijo que el ejército había desmantelado 18 de los 24 batallones de Hamás, destruido túneles y abatido a milicianos, y que la presión militar sobre el grupo miliciano era la mejor forma de conseguir la liberación de los rehenes.
Indicó que ya se llevan a cabo preparativos para que las fuerzas militares se adentren en la ciudad fronteriza de Rafah, en el sur del territorio, donde cientos de miles de palestinos desplazados se han refugiado tras huir de los combates.
“Estamos en camino de conseguir una victoria absoluta”, dijo Netanyahu. “No hay otra solución”.
Netanyahu descartó cualquier acuerdo que deje a Hamás en control de cualquier parte de Gaza. Dijo también que Israel es la “única potencia” capaz de garantizar la seguridad a largo plazo.