El gobierno del presidente Luis Arce informó este miércoles que liberaron de aranceles a la importación de trigo y harina para evitar desabastecimiento de esos productos en medio de fuertes presiones internas de diferentes sectores para que se resuelva la crisis económica que está golpeando a Bolivia por la falta de dólares y de combustible.
El ministro de Desarrollo Productivo, Néstor Huanca, mencionó que en el caso de la harina y el maíz la importación inicia desde el jueves hasta el 31 de diciembre con el fin de “facilitar y abaratar los precios de importación de trigo y harina de trigo y así abastecer al mercado local”. Bolivia solo produce el 30 por ciento del trigo que se consume en el país e importa lo demás. El ministro no especificó de dónde será la importación, pero usualmente se compra al país vecino de Argentina.
También se anunció la importación sin arancel de máquinas y factorías para producir biodiésel y así fomentar su producción.
Las medidas fueron anunciadas por los ministros del área económica tras una reunión ministerial. La decisión se tomó pocas horas antes de una reunión con empresarios y productores del país que han pedido medidas urgentes para contrarrestar la crisis económica.
«Es una crisis económica que afecta a todos por eso urge soluciones», señaló a los medios, Jean Pierre Antelo, presidente de la Cámara de Industria y Comercio (CAINCO) de empresarios de la región de Santa Cruz, el motor económico de Bolivia.
Huanca explicó que la harina de trigo producida en el país está más cara que la de otros países, dando como ejemplo que en Bolivia la tonelada estaría unos 450 dólares y en Estados Unidos 257, mientras que en Argentina se cotizaría en 270. “Estos precios en Bolivia nunca han sido tan altos, posiblemente exista una especie de especulación”, explicó.
El gobierno de Arce está siendo presionado para que ofrezca soluciones estructurales al desabastecimiento de combustible y a la escasez de dólares, que está afectando a los empresarios, productores, comerciantes, transportistas, entre otros, lo que ha generado protestas callejeras y bloqueos. Los sectores descontentos anunciaron cacerolazo —una protesta en la que se golpea las ollas, en señal de que hay hambre— promovido por varios sectores para el viernes.
El gobierno reconoció la dificultad, pero niega que haya una crisis y culpa de los problemas económicos, como la falta de dólares, a la crisis mundial, mientras que en el tema de los combustibles, afirma que se debe a que principalmente existe una caída de la producción de gas en los últimos años, tras una declinación de los pozos. También asegura que la producción agrícola se vio afectada por la crisis climática.
La nación andina pasó de ser un país exportador a un país importador de gas y combustible. El gobierno de Arce trajo diésel de Rusia el mes pasado, sin embargo las filas de camiones y de autos en busca de este carburante continúan.
En el ámbito político, se abrió una suerte de consenso; tras meses de mantener empantanado al Legislativo se acordó aprobar una lista de candidatos a jueces de las máximas instituciones judiciales. Mientras en la víspera el órgano electoral convocó para el 1 de diciembre a las elecciones judiciales. En Bolivia se eligen a los altos jueces de las principales instituciones judiciales.