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En el segundo piso de la 4T se pretende fortalecer a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) con nuevas atribuciones de construcción y con la posibilidad para operar sistemas de transporte público de pasajeros en el país, mediante el establecimiento de convenios y en coordinación con las autoridades de los tres órganos de gobierno. 

El objetivo es desarrollar infraestructura con “mayor beneficio social”, mejorar la movilidad y tener mayor incidencia en la regulación del sistema ferroviario (en virtud del impulso al regreso de trenes de pasajeros que construirán ingenieros militares).

La iniciativa de la presidenta Claudia Sheinbaum que reforma, adiciona y deroga diversas disposiciones de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal otorgará a la SICT autoridad para desarrollar obras relacionadas con educación, cultura, reciclaje y transporte público de pasajeros. Los detalles de la medida se deberán precisar posteriormente en el reglamento interior de la secretaría.

En el documento difundido el viernes también se hace oficial la separación de las tareas que tiene ahora en materia de telecomunicaciones, radiodifusión, correos y telégrafos, para pasarlas a la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, de nueva creación.

Durante el sexenio anterior, a la dependencia se le quitó la potestad que tenía en el sector portuario y en diversos aeropuertos (entre ellos el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México) que ahora están en manos de las secretarías de Marina y Defensa Nacional (a la segunda también se le otorgaron algunas labores de conservación carretera).

En la iniciativa, la Mandataria plantea ajustes en el artículo 36 de la Ley referida, y en el primer caso se detalla que le corresponderá a la SICT:

“Construir, equipar, restaurar, reforzar, reconstruir y rehabilitar obras públicas de infraestructura urbana y para el transporte público de pasajeros, así como intervenciones en espacio público necesarias para el desarrollo, en coordinación con los tres órdenes de gobierno, desde la planeación, programación, presupuestación y ejecución”.

En redacciones similares se hace referencia a incluir obras relacionadas con proyectos culturales y a instalaciones destinadas al servicio del sistema educativo nacional.

También se le pide a la dependencia a cargo de Jesús Esteva coadyuvar en el desarrollo de infraestructura para sistemas de reciclaje y tratamiento de residuos sólidos, que es uno de los puntos estratégicos para el nuevo gobierno.

Previo a los gobiernos de la 4T la SICT era estratégica para la administración federal por la cantidad de recursos que ejercía: en el 2014 se le asignó un presupuesto federal de 118,832.4 millones de pesos y para el presente año fueron 85,688.3 millones de pesos, lo que representó una baja del 28%, a pesar de las crecientes necesidades en las áreas en que está involucrada.

Movilidad, reciclaje, educación…

La iniciativa del Poder Ejecutivo está en línea con los objetivos planteados durante la campaña electoral, entre ellos: apoyar las principales ciudades de México con sistemas eléctricos de transporte público masivo (trolebús, trolebús elevado, metrobús, y cablebús), construir al menos 10 plantas de reciclaje de basura en las principales ciudades del país y mejorar la infraestructura y equipamiento de escuelas públicas, en coordinación con otras dependencias.

En consecuencia, en el documento que ya está en la Cámara de Diputados para su análisis y discusión, se argumentó: con la propuesta de reforma, se cuenta con los mecanismos legales para la formulación e implementación de proyectos de infraestructura de mayor beneficio social, que contribuyan a la igualdad social y la progresión de derechos humanos, sociales, culturales, ambientales, de movilidad y de educación.

Sobre la nueva participación que tendrá la SICT en el desarrollo de infraestructura cultural, se busca aplicar la experiencia de su personal técnico, lo cual no ocurrió el sexenio anterior en el proyecto Chapultepec, naturaleza y cultura, que implicó inversiones superiores a los 10,000 millones de pesos, en donde el Gobierno de la Ciudad de México se coordinó únicamente con la Secretaría de Cultura.

Con igual fundamento, la dependencia deberá en lo subsecuente “aplicar la política general de contrataciones públicas en materia de infraestructura y de sistemas de transporte público de pasajeros y sus componentes, conforme a las disposiciones jurídicas aplicables”. Lo anterior porque en el proyecto Tren Maya quienes se encargaron de las licitaciones fueron el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y la Secretaría de la Defensa Nacional.

A propósito de trenes, la secretaría pasará a planificar, regular y vigilar la administración y operación del sistema ferroviario.

En materia ambiental, la presidenta de México ha destacado su interés de construir 10 plantas recicladoras de basura y la SICT aportará su conocimiento, por eso se le pide coadyuvar con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales en la construcción, restauración, reforzamiento, reconstrucción y rehabilitación de infraestructura para sistemas de reciclamiento y tratamiento de residuos sólidos y plantas de selección para el reciclaje y de composta.

Se prevé que en el proyecto de presupuesto de egresos del próximo año ya se contemplen recursos para realizar las nuevas tareas de obra pública en el segundo piso de la 4T.

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