En medio de un enfrentamiento armado entre agentes de la Fiscalía General del Estado de Guanajuato (FGE) y civiles, Alana, una niña de tan solo 8 años, perdió la vida tras recibir un disparo.
Sus últimas palabras fueron estremecedoras: “Papi, me dieron, tengo sangre”.
El incidente ocurrió cuando elementos ministeriales intentaban cumplir una orden de aprehensión contra Alan N., padre de Alana, acusado de intentar cometer feminicidio contra su propia hermana.
Sin embargo, la familia sostiene que la acusación es infundada y que la operación se ejecutó con total negligencia, sin considerar que en el vehículo viajaban también las dos hijas de Alan.
Información de El Imparcial