El mercado laboral extendió la mala racha y en septiembre eliminó 275,986 empleos, la mayoría de estos se concentraron en el sector informal. Este fue el quinto mes del año con saldo negativo y con ello, la creación de puestos de trabajo acumulada en lo que va del 2024 es cercana a las 277,818 plazas, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE).
“Es relevante apuntar que el ajuste se da en un contexto donde la eliminación de puestos de trabajo en agosto fue amplia, contrastando con el patrón usual para dicho mes. Así, es algo sorprendente que en el noveno mes se haya registrado una eliminación adicional de empleos”, expone Juan Carlos Alderete, director ejecutivo de Análisis Económico y Estrategia de Mercados de Banorte.
A la par de la pérdida de empleo, la tasa de desocupación se redujo 3.0 a 2.9% con respecto a octubre, esto luego de una reducción de 81,000 personas en desempleo. Como resultado de esto, la Población Económicamente Activa (PEA) se redujo en poco más de 350,000 personas.
Estos movimientos se reflejaron en un crecimiento de la Población No Económicamente Activa (PNEA) de 132,895 personas. Al interior de esta, los catalogados como “no disponibles” fue el único renglón con incremento.
“Esta población es la que más ha aumentado en los últimos 12 meses”, advierte Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base. Los “no disponibles” de la PNEA crecieron 3.0% entre septiembre del 2023 y 2024, un incremento equivalente a poco más de un millón de personas.
“El mayor incremento en la población no disponible se dio en personas sin interés para trabajar por atender otras obligaciones, con un aumento de 1.32 millones de personas. En cambio, las personas no disponibles que sí tienen interés de trabajar, pero están en un contexto que no se los impide solamente ha aumentado en 72,000 personas”, puntualiza la especialista.
De los puestos de trabajo eliminados en septiembre, el 68% fueron en la ocupación informal, esto generó una ligera disminución mensual de 54.3 a 54.2% en la tasa de informalidad. El empleo formal sólo perdió 88,158 plazas.
“Este ha sido uno de los retos más importantes para el mercado laboral de México, ya que la tasa de informalidad ha disminuido muy poco en los últimos 30 años, pues cuando comenzó la serie en enero del 2005, la tasa se ubicaba alrededor de 59%”, dice Gabriela Siller.
Aunque en términos generales la población ocupada se redujo, el renglón de trabajo subordinado fue el único que creció con poco más de 560,000 personas. Por otra parte, el trabajo independiente reportó la mayor contracción con casi 461,000 puestos laborales.
Las actividades industriales registraron el peor balance con una reducción de 456,181 plazas. Al interior del sector, la manufactura eliminó 239,517 empleos y en la construcción la caída fue de 147,643.
Las actividades de agricultura, pesca y ganadería complementaron la disminución de la ocupación. En el sector primario se perdieron 422,000 empleos, esta fue la mayor pérdida en lo que va del año.
Sólo el sector de servicios tuvo ganancias con la creación de 693,000 puestos de trabajo. Entre los subsectores con mejor comportamiento destacan los servicios diversos, los empleos en gobierno y el transporte, únicamente los trabajos en restaurantes mostraron saldo negativo.
Subocupación repunta
Un indicador clave que tuvo un deterioro en septiembre fue la tasa de subocupación, la cual se ubicó en 8.2% luego de un incremento mensual de 0.2 puntos porcentuales. El también denominado subempleo hiló cuatro meses con crecimiento y alcanzó su nivel más alto desde diciembre del 2023.
La subocupación engloba a las personas con trabajo, pero con la necesidad de ofrecer más horas de las que el mercado laboral les garantiza. A pesar de los últimos aumentos en la tasa, el subempleo aún se mantiene en niveles más bajos que lo observado previo a la pandemia de Covid-19.
Sin embargo, la perspectiva para el mercado laboral aún es optimista, afirma Juan Carlos Alderete. “Seguimos manteniendo una visión optimista sobre el mercado laboral y la demanda de trabajo. En específico, sobre esta última consideramos que se logrará mantener cierta solidez en el 2025, con algunos vientos a favor en el horizonte”.
A decir del especialista, factores como el inicio de nuevos proyectos de infraestructura, el incremento al salario mínimo, el impulso del nearshoring, la escasez de mano de obra especializada, y una posible aceleración industrial en Estados Unidos, ofrecen un panorama alentadora para el mercado de trabajo en 2025.