Habían pasado unas horas desde que se conoció la inesperada noticia de la detención del capo del narcotráfico Ismael “El Mayo” Zambada y del hijo de su antiguo socio Joaquín «El Chapo» Guzmán cuando otro suceso generó asombro en Sinaloa, en el noroeste de México.
Un ostentoso mausoleo familiar del capo Dámaso López Núñez, conocido como El Licenciado”y quien fue el sucesor del Chapo al frente del cartel de Sinaloa, había sido profanado dos veces.
Los asaltantes primero irrumpieron en las criptas y se llevaron los cuerpos del padre y un hermano de López Núñez. Horas después volvieron con maquinaria pesada e hicieron pedazos las paredes y decoraciones del mausoleo ubicado en un paraje a unos 30 minutos de la ciudad de Culiacán.
La Fiscalía de Sinaloa y el gobierno federal anunciaron que investigarían lo ocurrido. Pero en el estado cuna del poderoso cartel mundial de las drogas, este tipo de actos se han visto en el pasado cuando hay pugnas entre narcotraficantes de menor nivel.
El que haya sido objetivo uno de los exjefes del cartel de Sinaloa, sin embargo, resultaba asombroso. De hecho «sicarios se habían negado a profanar la tumba», señala a BBC Mundo el analista e investigador del crimen organizado Juan Alberto Cedillo, citando a fuentes del cartel de Sinaloa.
Y que ocurriese poco después de la detención del Mayo Zambada y Joaquín Guzmán López generó la sospecha de que se trata de un episodio más de las rivalidades entre facciones del cartel de Sinaloa.