La diputada de Morena, Leticia Ortega Máynez, advirtió sobre los riesgos de incluir la llamada “alienación parental” en la legislación de Chihuahua, señalando que esta figura, lejos de fortalecer a las familias, ha demostrado en otros estados y países que puede ser utilizada para encubrir agresiones y silenciar la voz de niñas, niños y adolescentes.
“Todas las niñas y niños merecen crecer en un hogar seguro, libres de violencia y con su voz escuchada. No podemos permitir que una figura sin sustento científico y desechada por organismos de derechos humanos se convierta en una herramienta para desprotegerlos”, señaló.
En 2017, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México celebró la eliminación de esta figura en el Código Civil local, tras documentar que se aplicaba con sesgo de género y se utilizaba para revictimizar a madres protectoras, así como para forzar la convivencia de niñas y niños con presuntos agresores.
El origen de la “alienación parental” se remonta a la década de 1980, cuando fue propuesta por el psiquiatra estadounidense Richard Gardner, sin respaldo científico y sin considerar la violencia familiar ni el abuso sexual. En sus escritos, llegó incluso a minimizar la gravedad de estos delitos, lo que generó un amplio rechazo en la comunidad académica y científica. Hoy, ningún organismo de salud o de derechos humanos la reconoce como una figura válida.
“Si se aprueba en Chihuahua, corremos el riesgo de que las denuncias legítimas de niñas y niños sean puestas en duda y que, por ley, puedan ser enviados nuevamente a convivir con quienes los han lastimado. Eso no es justicia, es un retroceso”, afirmó Ortega Máynez.
La legisladora hizo un llamado a las y los integrantes del Congreso para escuchar a especialistas y organizaciones que trabajan por la protección de la infancia: “En Chihuahua no podemos legislar de espaldas a la evidencia. Nuestro deber no es dar nuevas herramientas a la violencia, sino reducir las posibilidades de que sea ejercida”.