El Congreso del Estado, por mayoría de votos, convocó a la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Rosario Piedra Ibarra, a que emita un pronunciamiento público sobre los casos de violaciones a los derechos humanos en el país, particularmente aquellos relacionados con desapariciones forzadas, feminicidios, tortura y abusos por parte de autoridades, y que impulse investigaciones exhaustivas para garantizar justicia a las víctimas.
La convocatoria se extiende para que la CNDH se abstenga de priorizar agendas políticas o personales, como la reelección de su titular, y se concentre en la defensa de los derechos humanos, recuperando así la confianza de la ciudadanía y cumpliendo con su mandato constitucional.
Lo anterior, una vez aprobada la proposición presentada por la diputada Nancy Frías Frías (PAN), quien expuso que los derechos humanos no son una opción ni una agenda secundaria; son la razón de ser de la CNDH. El silencio frente a las violaciones es complicidad, y complicidad que perpetúa el sufrimiento de las víctimas es inaceptable. ¡Es tiempo de que la CNDH cumpla con su mandato o deje el espacio a quienes estén dispuestos a defender los derechos humanos con valentía y convicción!
Dijo que la CNDH tiene la obligación de ser la primera línea de defensa de los derechos de los ciudadanos, y cualquier desviación de ese deber es una traición a su esencia; que los mexicanos merecen una Comisión que ponga los derechos humanos por encima de todo, sin excusas ni dilaciones.
Por otra parte, dio a conocer que de acuerdo con la Comisión Iberoamericana de Derechos Humanos para el Desarrollo de las Américas (CIDHPDA), y otras organizaciones han hecho énfasis en la falta de respuesta de la CNDH frente a la creciente violencia, desapariciones forzadas y feminicidios que afectan a miles de personas en el país.
Según ese informe, México ha vivido una escalada en las violaciones a derechos humanos desde 2018, documentándose más de 92 ejecuciones extrajudiciales de defensores de derechos humanos y 114,060 personas desaparecidas que continúan sin ser localizadas. Esta alarmante realidad demuestra que la CNDH ha fallado en su mandato de proteger los derechos de los ciudadanos, lo que justifica el llamado urgente a renovar el liderazgo de la institución.
Además, diversas organizaciones no gubernamentales han demandado un proceso transparente y abierto para la designación de la persona que suceda a Rosario Piedra Ibarra, destacando la necesidad de contar con un perfil independiente de cualquier interés político, y debidamente capacitado en derechos humanos.
En ese sentido, se puede concluir que la reelección de Rosario Piedra Ibarra no solo representa un obstáculo para la mejora de la Comisión, sino también para la construcción de una verdadera cultura de paz y respeto a los derechos humanos en el país.
“En un país donde la violencia y las violaciones a los derechos humanos continúan escalando, no es aceptable que la presidenta de la CNDH, Rosario Piedra Ibarra, desvíe sus esfuerzos hacia la búsqueda de su reelección, cuando las víctimas exigen justicia y reparación”, declaró la legisladora.