El mundo llora hoy la pérdida de una de las figuras más emblemáticas del rock y el heavy metal. Ozzy Osbourne, vocalista original de Black Sabbath y pionero del género, falleció este martes 22 de julio de 2025 a los 76 años, rodeado del amor de su familia.
Nacido como John Michael Osbourne en Birmingham, Inglaterra, en 1948, se catapultó a la fama con Black Sabbath en los años 70, dando vida a himnos icónicos como “Paranoid” e “Iron Man”. Tras su salida de la banda en 1979, regresó como solista con éxitos como “Crazy Train” y popularizó el festival Ozzfest, consolidándose como una de las voces más reconocidas del metal.
Su última presentación pública fue el pasado 5 de julio en el evento benéfico “Back to the Beginning”, celebrado en Villa Park, Birmingham, donde se reunió por última vez con miembros originales de Black Sabbath. El evento recaudó fondos para personas con Parkinson y hospitales infantiles.
Durante los últimos años de su vida, Ozzy enfrentó múltiples problemas de salud: Parkinson tipo II, enfisema pulmonar, secuelas de caídas y cirugías que afectaron seriamente su movilidad. Sin embargo, nunca dejó de luchar y se mantuvo cercano a sus fanáticos hasta el final.
La familia Osbourne emitió un comunicado oficial:
“Con más tristeza de la que las meras palabras pueden transmitir, debemos informar que nuestro querido Ozzy Osbourne falleció esta mañana. Estaba con su familia y rodeado de amor. Pedimos a todos que respeten la privacidad de nuestra familia en este momento”.
Con más de 100 millones de discos vendidos entre Black Sabbath y su carrera solista, Ozzy Osbourne deja un legado imponente, no solo en la música, sino también en la cultura pop, donde se convirtió en símbolo de irreverencia, talento y resistencia.
Descanse en paz el Príncipe de las Tinieblas. El metal nunca olvidará su voz.