Muttenz. Ni el ex presidente de la FIFA Joseph Blatter ni el ex presidente de la UEFA Michel Platini tenían «motivo» para defraudar a la Federación Internacional de Futbol, afirmaron este miércoles sus defensas ante la justicia suiza, reclamando una absolución en este juicio de apelación, como ocurrió en primera instancia en 2022.
La fiscalía, que había solicitado el martes 20 meses de prisión en suspenso contra ambos, «intenta desesperadamente criminalizar» los 2 millones de francos suizos (1.8 millones de euros, 1.87 millones de dólares) pagados a principios de 2011 por la FIFA a Michel Platini con el aval de Blatter, afirmó el abogado del ex futbolista francés, Dominic Nellen.
Ese pago «banal y sin interés» corresponde según Nellen al saldo de unos atrasos para el periodo 1998-2002, cuando el triple Balón de Oro puso su aura deportiva al servicio del dirigente suizo para que consiguiera la presidencia de la FIFA y durante su primer mandato.
Blatter y Platini declararon el lunes ante el Tribunal de Apelación extraordinario del Tribunal Penal Federal suizo, reunido en Muttenz (Suiza). Ambos insistieron en la tesis de que habían cerrado «oralmente» en 1998 un salario anual de un millón de francos suizos y que las finanzas de la FIFA no permitían ese desembolso de manera inmediata, por lo que se hizo años más tarde.
La acusación subraya por contra la «contradicción» entre la factura presentada por el ex capitán de Francia en 2011 y el contrato que había firmado a mediados de 1999, que contemplaba un salario de 300 mil francos suizos anuales, íntegramente pagados en la época.
¿Pero quién dice la verdad? El abogado de Platini, Dominic Nellen, recordó que la carga de la prueba debe corresponder a la acusación: «No le corresponde a la defensa probar la existencia de ese acuerdo oral», sino a la fiscalía demostrar que los acusados defraudaron a la FIFA.
Beneficio de la duda
En el primer juicio, el de 2022, los magistrados absolvieron a Blatter y Platini al estimar que el fraude «no está demostrado con un grado de probabilidad que roce la certeza», por lo que aplicó el beneficio de la duda.
Para Lorenz Erni, el abogado de Blatter, la tesis de la acusación se topa con la ausencia de «motivo» de su cliente, que no ganó ni un céntimo en este asunto.
Platini podría tener intereses más evidentes al ser el receptor del cobro, pero según Nellen «habría tenido diversos medios claramente más simples» que tener que inventarse un viejo contrato oral.
Para Nellen, la razón de ser de este caso, que estalló a mediados de 2015 en medio de los escándalos del fifagate y cuando el entonces presidente de la UEFA parecía muy bien situado para suceder a Blatter, «era impedir a Michel Platini convertirse en el presidente de la FIFA».
El asunto terminó con las esperanzas de Platini y emergió por sorpresa entonces la opción de su número dos en la UEFA, Gianni Infantino, que fue finalmente el elegido en 2016 y que continúa en el cargo desde entonces.