Luka Modric no ha dicho su última palabra. Ni mucho menos. Ni en el Real Madrid ni en la selección croata. Son ya varios los años en los que se anuncia que estamos ante los últimos partidos del croata, pero el centrocampista calla y, lo que es más importante, silencia a todos con su juego y ambición en cada ocasión que tiene de vestirse de corto sobre el verde. Eficacia y rentabilidad. Nadie sabe qué pasará con el Balón de Oro 2018, igual tampoco él, pero lo cierto es que no renuncia a nada, empezando por aquello de seguir vestido de blanco madridista.
El seleccionador croata, Zlatko Dalic, ya lo confesó en el sorteo de la Eurocopa en Hamburgo: «Nadie ha dicho que la Eurocopa sea el final de Modric». Y estaba en lo cierto. La respuesta del centrocampista está siendo más que evidente. En cuanto ha recuperado el ritmo perdido en el arranque de temporada, Modric ha vuelto a demostrar que tiene fútbol, que los años no importan ante lo que una vida de profesional puede llegar a dar de sí.
Modric vive por y para el fútbol. Ha encontrado en Madrid, rodeado de su familia, el marco idóneo para sacar de dentro lo mejor de su fútbol. El Real Madrid le ha dado todo lo necesario para ello y la respuesta del futbolista ha sido excelente. El matrimonio ha funcionado pese a algunas malas caras y sigue, generando motivos para seguir algún año más unidos y que no se rompa lo iniciado en el verano de 2012. La continuidad de Carlo Ancelotti, ayuda y mucho.
Sueños por cumplir
El centrocamìsta persigue sueños como es el de ganar un título con su selección, en la pasada Liga de las Naciones se quedó a un penalti de ello ante España, ampliar su palmarés con el Real Madrid y dejar atrás a Puskas en eso de ser el futbolista más veterano vistiendo la camiseta del club blanco. Está a nueve meses de lograrlo, por lo que necesitaría un año más en el primer equipo madridista.
El fútbol sigue estando presente en su menudo cuerpo y la ambición, también en su privilegiada cabeza, esa que le permite a los 38 años seguir entre los mejores ante cuerpos veinte centímetros más altos y muchos más poderosos en lo físico, pero el talento se tiene, no se muscula. Sabe que quizás ahora sea imprescindible por las lesiones de otros, pero momento que aprovecha para demostrar que sigue estando entre los mejores.
Sin contactos
No ha habido contacto alguno entre jugador y equipo, pero si todo sigue igual volverá a dar la vuelta a la situación y meterá a los dirigentes madridistas en el bendito lío de ponerle un año más de contrato sobre la mesa. Al tiempo.
